Centroamericanos viven en la irregularidad
Advierten diplomáticos que cientos de personas viven de manera irregular en la frontera sur; temen acercarse a las autoridades.
TAPACHULA, Chiapas.- Por negligencia, desconocimiento sobre los programas de regularización migratoria y el temor de acercarse a las autoridades, cientos de extranjeros viven de manera irregular en la frontera Sur de México y sus hijos sin ser reconocidos.
Ante la falta de interés de los extranjeros, el Gobierno mexicano podría cancelar los programas de regularización migratoria que desde el año 2000 puso en marcha el Instituto Nacional de Migración (INM), confiaron algunos diplomáticos centroamericanos.
Los trámites burocráticos y el costo del documento es otra de las causas que provoca que los extranjeros ya no continúen con el proceso de regularización, indicaron.
En la frontera Sur de México que es paso obligado de migrantes centroamericanos, cientos de extranjeros que iban con destino a los Estados Unidos por situaciones ajenas a su voluntad se quedaron a residir en el país y han formado una familia con ciudadanos mexicanos, señaló el cónsul de El Salvador en Tapachula, Nelson Cuéllar.
Refirió que muchos salvadoreños han instalado pequeños negocios, mientras que otros prestan sus servicios en el ramo de la construcción y las labores del campo desarrollando una vida normal en territorio nacional.
“Desgraciadamente, por negligencia, desconocimiento u otra causa, los extranjeros que se quedan radicando en México desconocen que la Ley establece que un recién nacido en territorio mexicano puede ser registrado antes que cumpla los seis meses sin importar la condición migratoria de los padres, simplemente tienen que identificarse como nacionales de un determinado país”, explica el diplomático salvadoreño.
Abundó que después de que el menor cumpla los seis meses, es necesario que el padre obtenga primero su FM3 y posteriormente, vaya a hacer el reconocimiento en los registros civiles.
Cuéllar dijo que es importante que el extranjero que tiene muchos años de residir en México regularice su situación migratoria ya que con ello va hacer prevalecer sus derechos como ciudadano legalmente establecido.
—¿Cuántos salvadoreños residen de manera legal e ilegalmente en esta frontera de México?
—Es difícil dar un número exacto, ya que hay salvadoreños que prefieren que no se les conozca su nacionalidad y pasar en el anonimato. Esto obedece a que se acostumbraron a vivir una determinada situación y para ellos ya es muy natural pasar desapercibidos.
El diplomático salvadoreño, dio a conocer que de 2005 a 2006 se regularizaron a 475 salvadoreños con la FM3.
De acuerdo al delegado del INM en Chiapas, Rafael Pretelin, desde el año dos mil el Gobierno de México puso en marcha los programas de regularización migratoria que tiene como fin que los extranjeros sean sujetos de derechos y obligaciones, además para saber quiénes están viviendo en el país.
Según el funcionario federal, en el programa de regularización migratoria que inició en el año 2005 y concluyo en 2006, se regularizó a 3 mil 200 extranjeros en su mayoría de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y de otras nacionalidades.
En lo que va del año la delegación regional del INM de Chiapas ha recibido más de mil solicitudes de extranjeros que desean tramitar su Forma Migratoria (FM3), estableció el funcionario federal.
Los requisitos para obtener la FM son: haberse internado en el país antes del primero de enero de 2005, estar desarrollando una actividad lícita y honesta o tener vínculos familiares en primer grado con mexicano o extranjero ya legalmente en el país, no tener antecedentes penales en México ni su país de origen.
Para regularizar la situación migratoria de los extranjeros, el INM ha flexibilizado sus políticas al aceptar que no sólo sea el pasaporte el único documento oficial para realizar los trámites, exonerar en casos especiales el pago de la forma migratoria y trasladar la infraestructura hasta los municipios para evitar los gastos de traslado.
Mientras tanto, los consulados como el de Guatemala en Ciudad Hidalgo, han iniciado campañas de búsqueda de sus connacionales que no estén regularizados en diversos municipios fronterizos para exhortarlos a legalizar su residencia en el país.
Alfredo Valladares, cónsul de Guatemala en Ciudad Hidalgo, reconoció que muchos de sus connacionales aún temen acercarse a las autoridades migratorias porque piensan que van hacer detenidos y deportados.
“Es parte de la labor del consulado de informarles que de alguna manera tienen que legalizar su estancia en México”, señaló el diplomático.
—¿A qué se enfrentan los extranjeros cuando van a registrar a sus hijos que son nacidos en México?
—El mayor enemigo de la documentación siempre ha sido la corrupción, la elaboración de documentos falsos, pero ya todo eso lo hemos minimizado.
—Hemos encontrado mucha colaboración de parte de las autoridades, no sólo de migración sino del gobernador del estado, Juan Sabines, en el sentido de facilitar la documentación, principalmente de los niños.
—Anteriormente, cuando decían que eran hijos de algún extranjero ponían cualquier obstáculo para no legalizarlo, sin embargo ya pudimos hacerlos recapacitar que los niños tienen derecho a ser inscritos y se ha conseguido la regularización de muchos niños.
Valladares, indicó que en los últimos dos años se han regularizado a más de dos mil personas mayores y alrededor de mil niños.
Abundó que el próximo 3 de agosto del presente año, las autoridades migratorias entregarán el documento FM3 a alrededor de quinientos guatemaltecos que tienen muchos años radicando en Ciudad Hidalgo, localidad fronteriza con Guatemala.
‘México me conquistó; me va mejor que en mi país’
Marvin López, ex guerrillero nicaragüense de 34 años de edad y que sufrió la mutilación de sus piernas en un accidente de ferrocarril, dice que México es un país con oportunidades de vida donde muchos extranjeros pueden salir adelante.
Originario de San Juan del Sur, el entrevistado, quien combatió con los sandinistas en la causa de Daniel Ortega, ahora presidente de esa nación, dice que México le gustó para quedarse a vivir.
—¿Hace cuánto tiempo salió de su país?
—Hace como 16 años, por la guerrilla que había, por eso huí a México.
Entrevistado en las inmediaciones de la estación de ferrocarriles de Ixtepec, Oaxaca, el nicaragüense relata que al desertar de la guerrilla huyó para salvaguardar su vida.
Tras cruzar Centroamérica, cuenta que se internó de manera ilegal a México y en el poblado de Ciudad Hidalgo abordó el ferrocarril. Sin embargo, al descarrilarse el tren en una comunidad de Veracruz, sufrió la amputación de ambas piernas.
—¿Qué ha sido de su vida durante estos años?
—Trabajo, soy laminador. Estoy casado y tengo una hija de cinco años de nombre Itzi Carinay.
Marvin, quien vive en Orizaba, Veracruz, señala que no ha tenido ningún problema migratorio por residir de manera irregular en este país.
“No tengo problemas con la migra, no tengo papeles, pero ellos me conocen”, señala.
Refiere que seguido viaja a su país a visitar a su madre y una hija de 15 años, quienes le han pedido que se quede allá, pero “México me conquistó”.
Señala que en su país hay mucha pobreza y se carece de fuentes de trabajo.
—¿Cree que Daniel Ortega puede cambiar el país?
—No. Tiene muchas deudas (Nicaragua), solamente con ayuda de otros países como México para que inviertan.
Refiere que aunque la guerrilla terminó hace años, su país está en quiebra.
Marvin, quien por voluntad propia a los 14 años se enroló en la guerrilla y después desertó, dice que prefiere vivir en México ya que el salario que percibe por su trabajo es superior al que pudiera ganar en su país.
“Allá se gana 37 córdobas, unos 47 pesos diarios, y de ahí le ponemos al pago de agua, luz, hijos, escuela. Acá gano 250 pesos al día y trabajo en mi casa, estoy al pendiente de la familia”.
—¿Qué recuerda de la guerrilla en su país?
—Me acuerdo de todo, cuando los Ortega nos mandaban a pelear al servicio militar, una guerra injusta.
“Tenía 14 años cuando me escapé, estaba en un baile cuando mi cuñado me dijo que nos fuéramos a las reservas. Me gustó el movimiento de la guerra, pero luego deserté en los ochenta”.