Fumar en la calle en esta localidad de la India es multado hasta con 500 rupias.
Encender un cigarrillo es desde hace poco un delito en la ciudad de Chandigarh, un oasis de orden y tranquilidad en la tumultuosa India y que ahora se ha convertido en la primera urbe "sin humo" del país asiático.
El pasado 15 de julio las autoridades de la que es capital de dos estados indios, los norteños Punjab y Haryana, aprobaron una ley que prohíbe fumar en cualquier espacio público, desde hoteles y restaurantes -que tienen que dedicar el cien por cien de su espacio a los no fumadores- hasta las limpias y organizadas calles de esta ciudad.
Y, esta semana, las autoridades de Chandigarh han dado un paso más en su lucha contra el tabaco, al prohibir a los funcionarios y a los organismos oficiales del territorio administrativo participar en ninguna actividad que tenga relación con el tabaco.
Las instrucciones dadas por el secretario de Interior, Krishna Mohan, son claras: No se deberá "aceptar ninguna aportación económica o patrocinio directo o indirecto de ninguna empresa o individuo que participe en el comercio de tabaco", según la agencia india IANS.
La campaña publicitaria para dar a conocer la medida anti-tabaco ha inundado Chandigarh y ha calado entre sus habitantes, que la cumplen a rajatabla, pues violar esta ley puede suponer multas a partir de 200 rupias (unos 4 euros) pero también llegar a acarrear hasta cinco años de cárcel.
Así que, cuando una turista se encendió un cigarrillo a la puerta de su hotel, un joven local se le acercó apresurado para advertirle de la prohibición: "No, señora, no se puede fumar en la calle, le pueden multar con 500 rupias, está prohibido".
Ante la cara de estupefacción de la mujer, una europea, el chico señaló uno de los innumerables carteles que cuelgan de las farolas.
Es un ejemplo más del carácter de esta ciudad construida en la década de los cincuenta siguiendo la planificación del reconocido arquitecto Le Corbusier, en la que casi todo parece estar regulado y donde la presencia policial para garantizar el cumplimiento de las normas es notoria.
"Chandigarh es una ciudad muy regulada", explicaba uno de sus habitantes, Gaurav, que trabaja en Nueva Delhi -"un caos en comparación"-, y añadía: "Si uno se salta las reglas, lo van a pillar, porque hay puestos de policía cada muy pocos metros y están muy bien comunicados entre ellos".
Los puestos policiales no sólo se encargan de velar por el cumplimiento de las normas de una forma pasiva, sino que recuerdan continuamente a través de su megafonía las leyes que afectan a conductores y viandantes.
Desde que se declaró Chandigarh una "ciudad libre de humos", unas 1.500 personas han sido multadas por violar la nueva ley.
"Ya no está de moda", comienza el comunicado municipal, en el que se insta a "decir adiós al tabaco" y se afirma que "la percepción de la juventud sobre el tabaco está cambiando".
Según el director de Turismo de Chandigarh, Vivek Atray, con la adopción de esta media han proporcionado "un modelo perfecto de ciudad al país".
"La iniciativa tiene el objetivo de generar unas condiciones de vida mejores y más sanas para todos", declaró Atray durante uno de los debates organizado la semana pasada por un grupo de jóvenes de la llamada "ciudad bonita".
La ley establece además que sólo se puede vender tabaco en los locales autorizados por el Gobierno y nunca a los menores de dieciocho años; los establecimientos hoteleros y de restauración que violen la normativa se exponen a multas o a perder la licencia.