Vicente Fernández. (Archivo)
CAMPECHE, CAMP.- El máximo exponente de la canción ranchera Vicente Fernández debutó con gran éxito en esta ciudad, donde además de deleitar a más de diez mil campechanos se dio tiempo para cuestionar las medidas migratorias establecidas por Estados Unidos en la frontera común con México.
“El Charro de Huentitán” criticó de manera breve, pero directa, la construcción del muro fronterizo con el que la Unión Americana pretende frenar el flujo de inmigrantes indocumentados, lo que arrancó un gran número de aplausos.
Ya en plena charla con el público dijo que si tuviera la oportunidad de volver a nacer y si Dios le permitiera elegir alguna nación, sería su país, para luego entonar México Lindo y Querido.
Durante cuatro horas, en maratónico concierto, “Chente”, como le dice su público, cumplió con su tradicional refrán, pues mientras más aplausos escuchó, más canciones interpretó.
En el marco del festejo por el 150 aniversario del inicio de la emancipación política de Campeche, Vicente Fernández demostró que “sigue siendo el rey”, pues dejó huella con su primera visita a esta capital, donde cantó en la Plaza de la República, en pleno Centro Histórico.
Su actuación inició con Por tu Maldito Amor, a la que le siguió Lástima que Seas Ajena, Si Acaso Vuelves, Nos Estorbó la Ropa, Mujeres Divinas, Gema y Sublime Amor, que fueron coreadas por el público.
La leyenda viviente de la música ranchera, que celebra 40 años de vida artística, interpretó también Lejos de mi Tierra, Perdón y Hermoso Cariño, entre otras, compuestas por José Alfredo Jiménez, Martín Urieta, Joan Sebastian y Juan Gabriel.
Vicente Fernández agradeció la oportunidad de cantar para los campechanos gran parte de los temas de su extensa discografía, que incluye los cortes Tómate esta Botella Conmigo, Me Cansé de Rogarle, Por una Mujer, Acá Entre Nos, Bésame Mucho y La Ley del Monte, así como el corrido La Tragedia del Vaquero.
El jalisciense demostró una vez más que vive para ser intérprete, ante los miles que acudieron al recital, en el que prevaleció una gran comunión.
Enfundado en un traje café, pidió que lo acompañaran en los coros de Volver Volver, Las Llaves de mi Alma. El público respondió de pie, mientras que el ídolo se despidió recibiendo muestras de cariño y una prolongada ovación.
