Roberto Gómez Bolaños. (Archivo)
MÉXICO, DF.- Florinda Meza le acarició el “1” a Roberto Gómez Bolaños mientras ambos agradecían los aplausos del público luego del reestreno de la obra “11 y 12”. El actor estaba visiblemente agotado ya que el sudor escurría por sus “2”, “3”, “4” e incluso se podía adivinar que por debajo de la ropa, la humedad llegaba hasta los números de dos dígitos.
Para entender estos números es necesario haber visto la obra. El personaje Eloy Madrazo es un chofer de trailer que está harto de los términos que utilizan los médicos para nombrar las partes del cuerpo y sus dolencias, así que prefiere designarles un número: empieza en la frente con el número “1” y así baja hasta que llega al 13 (“del cual carecen las mujeres”) y el 14 y 15 que sirven para sentarse.
El parlamento de los números es el más divertido de esta comedia de situación escrita por el propio Gómez Bolaños estrenada el nueve de abril de 1991 y que duró siete años en el Teatro Libanés. Luego se fue de gira y más tarde debió interrumpirse “para descansar un rato”, recuerda el autor.
El reestreno ocurre ahora que Gómez Bolaños tiene 39 años (“multiplicado por 2”) y una voz que a veces lo traiciona: “El lunes cancelamos el ensayo general porque tenía una afonía terrible. Tuve que pasar todo el día en silencio y haciendo gárgaras”. De hecho, durante la función del miércoles se ayudó de un micrófono durante la primera escena para evitar algún incidente.
La función fue actuada por Oscar Bonfiglio en el papel de Cristóbal, un “hombre del montón” a quien un día lo atropella un trailer y le mutilan el 11, mientras que Juan Antonio Edwars es su amigo Fernando.
Pero en próximas funciones se integrarán Edgar Vivar y Rubén Aguirre para alternar estos personajes. Ambos estuvieron como público en el reestreno y de hecho, Aguirre protagonizó una escena digna de “El Chavo del Ocho”: antes de la función, salió del teatro y fue perseguido por una marabunta de reporteros que buscaban una declaración escandalosa al suponer que le habían negado el acceso o lo habían despedido a último hora.
Aguirre avanzó veloz mientras decía: “Voy al café, ahorita regreso”.
Pero fue imposible que avanzara más allá de la puerta del teatro. Con cara de espanto, se regresó y escapó por los camerinos. En el intermedio otra vez fue acosado y con su misma cara debió huir por la salida de emergencia.
Al final de la función, la ovación más emotiva fue de Roberto Gómez Fernández, hijo de Chespirito, quien contó que al saber que su padre repondría la obra ahora que tiene 78 años, pensó que él no debería actuarla sino buscar actores jóvenes: “Pero me ha sorprendido con su energía y fortaleza”. O como diría Eloy Madrazo: “Tiene sus 11 y 12 bien puestos”. Es decir, que la obra esta bien montada a pesar de que algunos chistes han envejecido.
El humor de Chespirito encantará a sus fanáticos de siempre mientras que por otro lado, seguirá recibiendo las críticas de intelectuales.
Pero como diría Eloy: “No recuerdo si a un hombre le iban a transplantar el cerebro de un intelectual, o si a un intelectual le iban a transplantar cuerpo de hombre”.
Llegara El Chavo a la TV de EU
Roberto Gómez Fernández adelantó que la próxima semana viajará a Nueva York para cerrar los detalles de un contrato con United Media, empresa distirbuidora de cómics y caricaturas.
Aunque todavía no sabe cuál cadena los transmitirá, ya existe también el proyecto de doblarlo al inglés: “Tenemos un capítulo ya con voces en inglés que esperamos presentar muy pronto a empresarios estadounidenses”.
Mientras tanto, avanza en la producción de la segunda temporada de la caricatura para América Latina que tendrá grandes sorpresas para los fanáticos: “Un grupo de escritores supervisados por Roberto Gómez Bolaños escribe una serie de capítulos originales, es decir, que ya no serán meras adaptaciones de lo que vimos en la serie original, sino nuevas aventuras que incluyen nuevos personajes, niños y adultos”.