Reportan 30 heridos tras disturbios.
EFE
Jerusalén.- La oración de los viernes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén degeneró en violentas protestas contra las controvertidas obras que Israel lleva a cabo en la zona y con un enfrentamiento entre policías y manifestantes en el que treinta personas resultaron heridas.
La manifestación de protesta había sido anunciada por organizaciones islámicas de Israel y las fuerzas de seguridad, que desplegaron dos mil 500 agentes en la zona, acudieron, según el portavoz policial Mickey Rosenfeld, "preparadas para cualquier eventualidad".
Los ánimos estaban muy caldeados debido a las excavaciones iniciadas esta semana por la Dirección de Antigüedades de Israel cerca de la Explanada para sentar las bases de una rampa de acceso a la "Puerta de los Mugrabís", por la que los visitantes pueden entrar a ese lugar, el tercero más sagrado del Islam tras La Meca y Medina.
Las obras provocaron a lo largo de la semana encendidas protestas entre los palestinos y en el mundo islámico, que las consideran un intento encubierto de destruir las mezquitas, aunque las autoridades israelíes afirman que los trabajos son conformes a las normas internacionales y que no hay intenciones ocultas.
Durante toda la semana se han registrado protestas ante la Explanada, y hoy, viernes, día festivo para los musulmanes, se podía ver en el lugar a centenares de policías y agentes de la Guardia de Fronteras israelís equipados con material antidisturbios, ambulancias y, en los miradores, decenas de cámaras de televisión, muchas de ellas de cadenas árabes.
Según el jefe de la policía israelí, Moshe Kaplinski, la policía decidió intervenir después de que desde la Explanada tiraran piedras "de forma masiva" contra una treintena de agentes que desde primeras horas de la mañana aguardaban apostados en la rampa junto a la "Puerta de los Mugrabís".
La policía acabó evacuando el cercano Muro de las Lamentaciones y entrando en la Explanada, donde según Kaplinski, los manifestantes lanzaron incluso "cócteles molotov"
La entrada de las fuerzas israelíes fue defendida por el jefe de policía del distrito de Jerusalén, Ilán Franco, que la calificó de "justificada".
Unas seis mil personas -muchas menos de las decenas de miles que tienen cabida en el lugar debido a que la Explanada está cerrada estos días a los varones menores de 45 años- asistieron a los rezos.
Según informaciones de la prensa israelí no confirmadas por la policía, diputados de la minoría árabe de Israel mediaron para que los manifestantes abandonaran el lugar.
La situación, al final de la tarde, había vuelto en gran parte a la calma, aunque de tanto en tanto se seguían oyendo estallidos.
Fuera de la explanada, principalmente en torno a la Puerta de los Leones, la más cercana a las mezquitas de las que hay en la muralla de la Ciudad Vieja, se organizaron otras protestas.