En los últimos 30 días murieron 16 personas a consecuencia de heridas producidas por proyectil disparado por arma de fuego.
Más de medio millar de muertes violentas se han registrado en lo que va del año, más del 20 por ciento provocadas por arma de fuego y un porcentaje similar ocurridas en volcaduras de vehículos a motor; durante julio se suscitaron 76 decesos crudos, solamente por debajo del mes de junio cuando se registraron 94, de acuerdo con estadísticas de El Siglo de Durango, que señalan que desde el primero de enero a la fecha se han presentado 51 suicidios.
El mes pasado se suscitaron 16 muertes producidas por proyectil disparado por arma de fuego, 21 en volcaduras, seis en choques automovilísticos, siete suicidios, siete atropellados y 19 por otras causas, dando un total de decesos violentos de 76.
En lo que va del año se tienen contabilizados 512 decesos en condiciones violentas. El mes de enero registraron 68 muertes de este tipo, en febrero se redujo la cifra a 54, mientras que en marzo se disparó a 75, en abril se presentaron 69, en mayo 76 y en junio se incrementó casi un 30 por ciento de acuerdo con la media, con 94.
ACRIBILLADOS
Uno de los eventos que más sorprendió a la ciudadanía durante el mes de julio fue el doble homicidio de una pareja en pleno Centro de la ciudad el pasado el pasado 21 de julio y una doble ejecución de dos sujetos originarios del municipio de Topia que fueron encontrados sin vida en un paraje conocido como Los Llanos, perteneciente al municipio de la capital.
Jesús Máximo Zaragoza Aldaba y Sonia Marcela Núñez Pérez Gavilán, ambos de 38 años, son las personas que dejaron de existir; él recibió diez impactos producidos por proyectil disparado por arma de fuego y ella cuatro heridas similares.
De acuerdo con los datos que proporcionaron agentes de la Dirección Estatal de Investigan (DEI) y de la Policía Municipal, los occisos había acudido a una boda y alrededor de las 5:00 de la mañana del 21 de julio aún andaban circulando por el Centro de la ciudad y cuando transitaban por la calle Constitución pasaron la vialidad 5 de Febrero y a la altura del Edificio Central de la UJED dieron vuelta a la izquierda al callejón Las Mariposas, al parecer porque “Max”, como era conocido el hoy occiso, iba a orinar.
Apenas iba a bajar de su camioneta Ford, de la línea Lobo, de color rojo, tipo cuatro puertas, cuando entró al mismo callejón un vehículo al parecer Jeep, tipo Grand Cherokee, y bajaron por lo menos cuatro sujetos y con armas calibre .40 y .10 abrieron fuego en contra de la pareja.
“Max” ya estaba afuera de la camioneta cuando dos de ellos empezaron a dispararle ocasionándole diez heridas de entrada producidas por proyectil disparado por arma de fuego en varias partes del cuerpo, quedando sin vida de manera instantánea tirado en la banqueta justo afuera del inmueble marcado con el número seis, mientras que los otros accionaron sus armas en contra de la mujer, que estaba en el asiento del copiloto, recibiendo cuatro impactos en la cabeza y quedando los vidrios de la unidad perforados.
En otro evento, el pasado 14 de julio se encontraron sin vida dos personas en un paraje solitario ubicado en la carretera a La Flor. El Grupo de Homicidios de la Procuraduría junto con personal del Centro de Inteligencia y Análisis Táctico (CIAT) manifestaron que los dos cadáveres tenían varias heridas producidas por proyectil disparado por arma de fuego.
Entre sus ropas encontraron unos documentos que los identificaron con los nombres de Abel Robles, de 40 años, y su hijo Omar Robles de 19, ambos originarios del poblado El Tío Juan, del municipio de Topia, encontrando en la escena del crimen 11 casquillos percutidos de calibre .9 milímetros y .38 Súper.
Hasta el momento no se ha identificado a los ejecutores de ninguno de los dos casos; sólo se presume que el primer evento se produjo por ajuste de cuentas y el segundo por posible delitos contra la salud.