Espectáculos Miss Universo 2025 Miss Universo Christian Nodal Julión Álvarez

Cinecrítica / EN LA FUENTE DE LA VISTA NACE EL AMOR

Max Rivera 2

Crítica 4 estrellas de 5

Escuchen: desde hace meses la Iglesia Católica viene anunciando el cierre definitivo del Limbo. Desde el 2005, los niños que han fallecido sin bautizo están siendo albergados en instalaciones mucho más cómodas (Dante ubicaba el Limbo en el primer círculo del infierno), mientras se prepara su ingreso definitivo al Cielo. Luego del anuncio definitivo, los inocentes que mueran sin pila bautismal a mano, gozarán de pase directo y libre de trámites al Paraíso.

Es un buen logro del papado de Benedicto XVI, que impulsaba esta reforma desde que se llamaba Ratzinger. Este cambio no representará un golpe a la fe Católica, puesto que la creencia en el Limbo se funda en la tradición, y no en el dogma. Y, sobretodo, es bueno por una razón muy sencilla: el Limbo era una pésima idea. Al terrible dolor de haber perdido un hijo, los padres debían añadir el insulto, la creencia popular de que su pequeño pasaría la eternidad en inframundo gris, lejos de Dios.

Ahora, este indulto a los no bautizados… ¿servirá como atenuante al dolor? Los títulos otorgados post-mortem a los chavos muertos de Virginia Tech… ¿consolarán a los padres? La respuesta no puede ser fácil. La cortesía de las instituciones será un bálsamo para algunos, mientras que a otros no podría importarles menos. Uno de estos últimos, los inconsolables, es el personaje principal de La Fuente de la Vida, una película sobre el dolor, la muerte y la eternidad, nada más.

La Fuente de la Vida, del director Darren Aronofosky (que merece ser tomado en serio por Pi y Réquiem Por Un Sueño), es, antes que nada y por encima de todo, una cinta muy bella. En sus ideas y en su ejecución, se nota que la preocupación principal es convencer por medio de la belleza. La película se desarrolla en tres tiempos, que parecen estar separados por siglos, pero en realidad son simultáneos. Uno ocurre en la época de la conquista de América, otro en un laboratorio de investigación médica actual, y el último en un espacio ultraterreno indeterminado, mezcla de imaginaciones orientales, cristianas y mayas. En los tres se desarrolla la misma historia: un hombre busca el secreto de la inmortalidad para salvar a la mujer que ama.

Le advierto, no es un típico divertimento dominical. Parte del público puede desanimarse por la aparente complejidad de la cinta. Pero si la onda metafísica es de su agrado, en La Fuente de la Vida encontrará una experiencia visual hermosa y original, además de una visión del más allá tan válida como el desprestigiado Limbo. Superior, es más, por ser conciliadora y no punitiva.

En La Fuente de la Vida no hay más que mensaje muy sencillo en un envoltorio muy complicado. Encontrará filosofía más profunda en comedias como Visa al Paraíso, de Albert Brooks o Hechizo del Tiempo, de Harold Ramis. Al final, en el corazón de La Fuente hay una verdad tan evidente que es lugar común. Una verdad que reencontramos cada vez que vuelven a la memoria nuestros muertos, luminosos y perfectos (a mis muertos se sumó Kurt Vonnegut la semana pasada). La verdad que enunció Virgilio antes que nadie: el amor lo vence todo. Todo. Incluidos la muerte y los clichés. mrivera@solucionesenvideo.com

Leer más de Espectáculos

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Espectáculos

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 271382

elsiglo.mx