3 1/2 Estrellas de 5
En la película Bowling for Columbine, Michael Moore le pregunta al rockero Marylin Manson qué le diría a los estudiantes de la preparatoria de Colorado, tan duramente golpeada por la tragedia. El exótico cantante da una respuesta sencilla y lúcida: no les diría nada, escucharía lo que tienen que decirle. El éxito de Escritores de la Libertad y su personaje principal, la profesora Erin Gruwell, se debe a que la maestra, antes de imponer su amateur estilo didáctico a la clase, se dedicó a escucharlos.
Hillary Swank interpreta a Erin Gruwell, un personaje real en cuya historia está basada la película. Gruwell es una profesora novata que, como bautizo de fuego, recibe al grupo de preparatorianos con los más bajos promedios y las razas más diversas. La historia transcurre en Long Beach, California, durante 1994, en las semanas posteriores al veredicto del caso Rodney King y los disturbios de Los Ángeles. Son tiempos muy difíciles, con las heridas de la discriminación abiertas como no se veía desde el movimiento por los derechos civiles.
Al principio la clase es totalmente ingobernable. La actitud ingenua y optimista de la maestra es una bofetada para los endurecidos alumnos, quizá peor que el cinismo o la indiferencia de los otros profesores. Gruwell se dirigía con seguridad al fracaso, de no ser porque en una clase intercepta un dibujo donde se insulta a un joven negro mediante la exageración de rasgos físicos. En un momento de inspiración, compara el dibujo con las caricaturas que los nazis hacían de los judíos y les menciona el holocausto. Para su sorpresa, la gran mayoría de sus alumnos desconoce la historia de la “solución final” nazi. A partir de ese momento, la maestra modifica el plan de estudio, y cambia La Odisea por El Diario de Anna Frank.
Cuando los directivos de la escuela se niegan a pagar los nuevos libros y otras actividades que Gruwell planea, la profesora toma dos empleos adicionales para financiar su proyecto. La maestra lucha constantemente contra superiores y parientes, para quienes su nivel de compromiso resulta exagerado e inapropiado. Los jóvenes, en cambio, reaccionan positivamente al desprendimiento de la mujer, y se integran por completo cuando Gruwell les regala cuadernos para que hagan anotaciones diarias sobre su vida y pensamientos. Estos cuadernos resultan remedio catártico, y pronto se llenan con el dolor y la angustia de los chavos.
Escritores de La Libertad es una buena cinta, superior a la muy similar Mentes Peligrosas, pero no tan buena como Stand and Deliver. Por desgracia, el éxito de Gruwell es difícil de repetir porque se basa en el carisma personal, no así el método matemático de Jaime Escalante. Ella misma dejó las aulas pocos años después y se dedicó a dar asesorías. Se entiende el porqué: la frescura no es algo que se pueda mantener indefinidamente. A diferencia de otros métodos pedagógicos radicales, como el Montessori, Gruwell no crea materiales o manuales que enseñen al maestro a ser sincero, sensible o desprendido. Apenas lega algunos consejos. Escritores de la Libertad queda entonces como el testimonio de un momento único, de un salón que fue laboratorio, donde profesor y alumnos aportaron accidentalmente los ingredientes de un experimento importantísimo, y no pudieron conservar la fórmula exacta.
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