3 ½ estrellas de 5
Ni modo, a veces no queda más que estar de acuerdo con los Oscares. Por Escándalo fueron nominados Patrick Marber por guión adaptado, Judi Dench y Cate Blanchet para mejor actriz y mejor actriz de reparto, además de Philip Glass por la música de la película. No es chic estar de acuerdo con la Academia, pero en este caso tuvieron razón en considerarla para esas categorías, y no para mejor película y dirección.
Escándalo es la historia de tres enamoramientos entre personas con gran diferencia de edades. Una de las relaciones es socialmente aceptable, otra es ilegal, y la última es insidiosa. Cate Blanchet, casada con un hombre que le lleva veinte años, es la nueva maestra de arte en una secundaria pública londinense. Ahí se deja seducir por los torpes avances de un estudiante quinceañero calenturiento, e inicia un romance indiscreto del que nadie sospecha, porque nadie lo cree posible. Excepto una persona, la amargada profesora de historia, secretamente enamorada de la nueva maestra, que descubre el amorío y busca la mejor manera de usarlo a su favor.
Esta última es interpretada por la sensacional Judi Dench, quién logra una creación tan notable, que me hizo desear que estuviera en una película mejor. Al principio resulta un tanto chocante verla en el nada glamoroso papel de profesora desaliñada, epítome simple mortal, por lo acostumbrados que estamos a verla representar a la realeza (a la aristocracia, de perdido). Luego de este golpe inicial, la dama inglesa nos asombra con su meticulosa construcción de una arpía; luego, la patética deconstrucción de sus barreras cuando el amor la debilita; y finalmente, al ser decepcionada por el objeto de su afecto, el feroz doble y triple reforzamiento de su personalidad aviesa.
Este personaje, un maravilloso catálogo de rencor, miedo y malicia, debe ser un verdadero deleite para psicólogos aficionados. Pero hay más. El condimento, que se ha espolvoreado abundantemente, son los venenosos y certeros apuntes que la profesora hace en sus diarios. Leídos con la elegante, impecable y… bueno, sexy dicción de Dench (¿puedo llamarla Judi?). Sus demoledores comentarios colocan a la cinta en el género de la comedia negra, muy por encima del vulgar melodrama de sexo intergeneracional, apropiado acaso para una canción de José José.
Como ya le comenté, la maestra de historia es lesbiana de closet. Leyendo mi propia descripción del personaje, temí que la película sonara homofóbica. Aclaro que no lo es. Escándalo deja claro que la amargura del personaje proviene de la auto represión, de negarse a aceptar lo que se es y buscar el amor de mujeres heterosexuales, en vez de otras que por su orientación, tengan más posibilidades de corresponderle. En cuanto a la corrupción de menores en la escuela, la cinta nos deja una importante lección: no son la tentación o la pasión los peores enemigos de la prudencia, sino el aburrimiento.
Escándalo vale la pena, aunque no sea un paquete completo. Sus nominados, en especial la Dama Dench, brillan mucho más que el conjunto. Cuando le cueste trabajo explicarse estas nominaciones divididas, Escándalo le servirá como un ejemplo clarísimo. De libro de texto.
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