31/2 estrellas de 5
Diamantes de sangre y compromiso
Antes de comentarle Diamante de Sangre, le invito a que deje pendiente lo que tenga planeado y vaya a ver Los Hijos del Hombre o El Laberinto del Fauno. Aplaudo la iniciativa de la cadena de cines que programó una segunda vuelta para las cintas. Ambas son estéticamente muy superiores a Babel, plantean tesis más importantes, y las comprueban con mayor solidez y contundencia.
Los monstruos que moran en el laberinto de Del Toro vivirán por siempre en el álbum de la fantasía cinematográfica mundial, mientras que la advertencia que lanza Cuarón sobre el posible fin de la humanidad, debiera urgirnos a revisar de políticas y tendencias del mundo desarrollado, desde racismo y migración hasta pandemias y alimentos transgénicos. Las dos películas, a dos meses de haberlas visto, han pasado la prueba del añejo con mejores resultados que la de González Iñárritu, especialmente Los Hijos del Hombre. No se las pierda.
Diamante de Sangre, del director Edwuard Zwick, retrata un momento reciente en la vida de Sierra Leona, un vapuleadísimo país de la costa occidental africana. La cinta inicia como Apocalypto, con el salvaje asalto a una aldea por parte de guerrilleros del RUF, que después de una cruel matazón de mujeres y niños, secuestran a los hombres más fuertes para trabajar como esclavos la criba fluvial de diamantes.
Entre los secuestrados va el personaje de Djimon Hounsou, que mientras trabaja en la primitiva recolección de piedras preciosas, se encuentra con un diamante rosado gigante. Logra enterrar la gema y sobrevive al ataque que el gobierno lanza sobre el grupo rebelde. El aldeano es apresado. En la cárcel coincide con Leonardo DiCaprio a un mercenario sudafricano, que fue capturado mientras contrabandeaba diamantes hacia Liberia. En prisión el mercenario se entera de la historia del diamante rosa, y luego de ser liberados se ofrece a ayudar al aldeano a reencontrarse con su familia, a cambio de un porcentaje de la venta.
En la cinta se describen las muchas atrocidades del RUF, Frente Unido Revolucionario, la guerrilla sanguinaria y sin ideología que logró hacerse del control de Sierra Leona. El RUF se valía de una hueca retórica de liberación del hombre negro para juntar armas y adeptos, pero nunca detentó una agenda política real, sólo buscaba hacerse del oro y los diamantes. Las escenas de mutilación de prisioneros, la leva de niños y las matanzas indiscriminadas, no sólo son realistas, están muy suavizadas.
Diamante de Sangre es una muy efectiva cinta de acción y suspenso, y por momentos las convenciones del género eclipsan su importante mensaje social. Son tan pocas las cintas que abordan las broncas del continente africano, que debiera imponerse el compromiso con los desposeídos al compromiso con la taquilla. Aún así, la película es meritoria, y conforma una buena trilogía con El Jardinero Fiel y la Chica En El Café, sobre las urgentes necesidades del África, donde primero surgió la vida humana y según parece, donde primero va a terminar.
El pragmático personaje de DiCaprio, influido por una reportera idealista, tendrá una evolución que ya hemos visto, tipo Lista de Schlinder, que es predecible si, pero inevitable, es más, indispensable. La caridad y la misericordia no serán la vía que toman las hordas ni los gobiernos, pero los individuos no tenemos otro camino posible.