Crítica 3 ½ estrellas de 5
Los Piratas del Caribe en el fin de las consecuencias
No sería una buena elección hacer de Piratas del Caribe: en el Fin del Mundo su primera incursión en la trilogía. La cosa se puede poner confusa hasta para los que han visto las anteriores varias veces. La cinta no se molesta en prepararnos con una breve recapitulación, que mucho le habríamos agradecido. Arranca de inmediato en el punto que se quedó la anterior. Mejor dicho, un buen tramo más delante de donde se quedó, no sólo asumiendo que acabamos de ver la segunda parte, sino pretendiendo que no hemos tenido nadas más importante en que pensar durante un año entero.
Piratas del Caribe: en el Fin del Mundo (a la que en adelante me referiré como Piratas 3), resulta enmarañada en principio, cierto, pero las confusiones y amnesias no afectan mayormente el disfrute de la película. Porque Piratas 3, si algo tiene, es la virtud de hacer volar sus casi tres horas de duración, gracias a la aplicación de la dosis correcta de suspenso y humor, y exceder varias veces la dosis de efectos especiales y acción.
Con esta última (aparentemente) entrega de la serie, el director Gore Verbisnki cierra de manera digna la trilogía y libra con relativo éxito el difícil reto de prolongar la historia original, uno de los éxitos de crítica y taquilla más notables de los últimos años. Piratas 1 posiblemente perdure en la memoria de algunos por la primera impresión que causaron sus excéntricos personajes, pero el verdadero éxito de la cinta reside en haber encontrado su tono, entre lo infantil y lo amenazador; y su anécdota, ingeniosamente retorcida y coronada por un final muy satisfactorio, en que todas las piezas embonaron en su lugar.
Para las siguientes dos cintas, los realizadores escogieron llevar el enredo hasta sus últimas consecuencias, complicando las relaciones entre sus muchos personajes, y enmarañando el juego de traiciones, aún a riesgo de enajenar a su público. Comparémosla con otra trilogía. El Señor de los Anillos, que también sufre de sobrepoblación, es guiada por un objetivo único muy sencillo: destruir un anillo. En Los Piratas cada personaje tiene dos o tres objetivos, más otros ocultos. Además, su muerte no significa el fin de los planes, porque puede resucitar, o seguir muerto pero con un embrujo que simula la vida, o con una maldición que prolonga la muerte. En fin, toda aberración contra la lógica o el orden naturaleza que ayude a complicar la historia es bienvenida abordo.
Si graficáramos la efectividad de algunas trilogías recientes obtendríamos líneas interesantes, aunque ninguna tendencia. Veo a Matrix como una línea que empieza alto, y luego declina constantemente. El Señor de los anillos es una larga, larguísima línea recta que empieza arriba del medio. Las precuelas de Star Wars (las últimas tres que se supone son las primeras tres) son una línea ascendente que arranca bajo y sube, sube, sube. El Hombre Araña se sostiene muy arriba durante dos puntos, y el tercero se desploma. Piratas del Caribe sigue un extraño patrón en V, con el último punto arriba del segundo, aunque mucho más abajo del primero. Perdone si mi análisis gráfico no resulta muy técnico o científico. Pero si lo que busca es ciencia y lógica, Piratas del Caribe es el lugar equivocado. mrivera@solucionesenvideo.com