5 estrellas de 5
La muerte secreta del planeta tierra
Siento urgencia por hablarle de La Verdad Incómoda, pero quiero comentarle rápidamente La Vida Secreta de Las Palabras. La cinta de la directora Isabel Coixet, nos muestra un grupo de personajes que encuentran un oasis de paz y reconciliación en un ambiente que difícilmente consideraríamos propicio: una plataforma petrolera inactiva, en el atlántico norte. Este sitio, de apariencia herrumbrosa y obsoleta, alberga una pequeña sociedad de pintorescos solitarios, a la que se agrega una enfermera abstraída y casi sorda. Ella inicia, con renuencia, una relación con su paciente, un parlanchín trabajador cegado por las quemaduras de un accidente reciente.
Coixet cuenta la historia de manera pausada, dando tiempo a que las personalidades se manifiesten y la atmósfera opresiva de la plataforma se matice, hasta parecernos un centro de rehabilitación o de retiro espiritual. El asilamiento provoca que los personajes revelen secretos, unos muy dolorosos, y otros tan demoledores que resonarán por días en mi mente. Un triunfo de Coixet es que la impresión final de su película sea esperanzadora y optimista, cuando todos sus elementos apuntaban a la desolación. Recibe ayuda de un soundtrack sensacional y su evidente fe en que los seres humanos somos intrínsecamente bondadosos.
Aunque seamos intrínsecamente estúpidos, inconsecuentes y desidiosos, como lo demuestra Una Verdad Incómoda. Váyase a verla. Le espero. Urge. Suelte el periódico. Corra. Ya. Al Gore, el ex-candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, se lanza ahora en una campaña por la salvación mundial, ni más ni menos, y nos ofrece una cinta a la que no le faltan datos científicos (aunque le sobra algo de Gore), presentados de una manera que podría llamarse amena, si no fuera tan aterradora. Gore nos demuestra el daño terrible que le hemos hecho al plantea en apenas cinco o seis décadas, daño que ya es catastrófico y que, con mucho esfuerzo, apenas lograríamos que no fuera apocalíptico.
No voy a entrar en detalles particulares. De esos espero hablarle la próxima semana. Y sobretodo, que usted, yo y todos los demás, los discutamos mañana y los días siguientes en casa y en el trabajo. Hay muchas cosas que podemos hacer, así tengan un poder simbólico más que real, para disminuir nuestro impacto en el calentamiento global. Las incomodidades que implica la preservación de energía nos servirán para ahorrar dinero y, aún más importante, acumular rabia. Enojo para dirigirlo a los hijos de perra que de veras se están beneficiando con la destrucción del planeta y del futuro. Ira justa, contra los intereses perversos que han retrasado y saboteado tecnologías que nos liberarían del petróleo. Si, aunque eso signifique un revés grave para la primitiva economía mexicana, la alternativa es mucho peor.
Es curioso, Gore y Bush se enfrentan de nuevo, y esta vez será aún más importante que el demócrata gane. Hay una conexión entre las películas que le comento hoy. En la Vida Secreta se toca el tema de la violencia en los Balcanes, durante la guerra de mediados de los 90. Impensables actos de crueldad surgieron de la lucha por territorios. Cientos o miles de luchas territoriales estallarán con el cambio climático. No podemos permitirlo. Sería imbecil sacrificar el mañana por conservar nuestras pequeñas comodidades, o por defender los enormes beneficios del puñado de monstruos que representa George W.