Espectáculos Miss Universo Christian Nodal Julión Álvarez

Cinecrítica

Max Rivera 2

4 estrellas de 5

1408 Y MICHAEL CLAYTON: INFIERNO Y PURGATORIO

Vi Michael Clayton días antes que 1408. La cinta con George Clooney ya me había trasmitido la sensación de transitar por un paraje gris del purgatorio; luego, con 1408, se agregó un panel al tríptico metafísico, pues la cinta de horror nos ofrece una temible interpretación de lo que podría ser el infierno. No se avizora ninguna en el paisaje de la cartelera, pero una visión del paraíso traería un balance agradable.

Michael Clayton toca un tema muy similar a Erin Brockovich: en ambas cintas tituladas con nombres propios, una compañía química es demandada por una pequeña comunidad que ha sido envenenada con sus productos (difícilmente es coincidencia: Steven Soderbergh, director de Brockovich, es productor de Clayton), pero mientras la película con Julia Roberts se vive desde el bando de la idealista secretaria venida a abogado, Michael Clayton se desarrolla en el lado oscuro, en las entrañas de la firma que defiende a la corporación corrupta.

Además de ser una efectiva cinta de procesos judiciales realizada en un tono lúgubre y desolador, Michael Clayton es una historia de redenciones múltiples. Una, el espectacular viraje del litigante enloquecido que después de años de diseñar la defensa de la compañía de fertilizantes, sufre una crisis nerviosa y se pasa al lado acusador; y dos, la del personaje de George Clooney, el abogado encargado del control de daños de la firma.

Para ambos personajes hace tiempo que pasó la etapa en que los beneficios de la chamba (los sueldazos, los carrazos), son aliciente suficiente para continuar con el ejercicio diario de torcer la verdad. La salvación está a la mano de ambos, pero el precio para alcanzarla nunca es bajo. Implica pasar por el fuego del purgatorio, que aunque quema, no es eterno.

A diferencia del infierno, la habitación 1408 del hotel The Dolphin es un atractivo irresistible para el personaje de John Cusack, escritor que se dedica a desmitificar leyendas y supuestos lugares embrujados. La habitación (que aunque suma 13 no deja de ser un número poco memorable, los de marketing debieron consultar los teléfonos de las bases de taxis) ha sido escenario de decenas de suicidios, siempre dentro de la primera hora en que el huésped se registra. El gerente del hotel hace lo posible por disuadir al escritor, pero acaba por recibirlo, ya que de no hacerlo rompería leyes contra la discriminación.

Ya en la habitación, el incrédulo Cusack empieza a sufrir una escalada de situaciones horripilantes y bien orquestadas, muchas de ellas basadas en los miedos colectivos de la humanidad: los elementos, las alturas, el encierro, pero otras -las más finas- llegan con dedicatoria personal.

El escritor sufrió hace años la pérdida de su hija por el cáncer, y los entes malignos que administran la habitación se encargarán de confrontarlo con su peor miedo posible a la manera de esa otra habitación: la 101 de 1984 de Orwell.

1408 es una divertida y eficaz cinta de horror, que en mucho debe parecerse a la estructura del infierno, si es que existe. Los castigos imaginados por Dante responden a una estructura burocrática de perdición en serie. El diablo debe ser alguien mucho más dedicado, que con todo el tiempo del mundo en sus manos, debe asegurarle a cada cliente una experiencia única, con torturas a la medida.

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