Espectáculos Miss Universo Christian Nodal Julión Álvarez

Cinecrítica

Max Rivera ll

Calificación: 4 estrellas y media de 5

Una cucharada de Sicko para prevenir enfermedades

Me ocurre algo curioso con los documentales de Michael Moore. Todos, salvo Fahrenheit 9/11, que es un alegato contra la política exterior de Bush, tratan sobre problemas internos de los Estados Unidos. Y sin embargo, me angustian e indignan como si fuera una bronca personal. En Roger y Yo, mostró cómo la movilidad de los capitales de las grandes corporaciones que emigran a países en desarrollo, causan desempleo y el colapso en las comunidades gringas (que nos convino a los pueblos maquiladores, hasta que salieron otros más baratos). En Bowling for Columbine, trató el descontrol de las armas y el control de la población induciéndole miedo (problemas exclusivos de los gringos ¿no?).

Y ahora en Sicko, compara desfavorablemente el infernal sistema de salud norteamericano con sus contrapartes del mundo civilizado…¡y hasta de Cuba! El país norteamericano ha sacado las manos del cuidado de la salud de sus ciudadanos y lo puso en manos de Gordon Gekko, Rico McPato y el Señor Burns, que recompensan a los médicos por ahorrarles lana, negando tratamientos y operaciones a los pacientes. Es un desastre inimaginable para la mayor potencia mundial que, como dice en la cinta, consigue dinero para matar extranjeros y no lo tiene para curar a su gente.

¿Porqué estos problemas ajenos logran inquietarme tanto? Hay varias razones. Primera: Moore es un cineasta talentoso, aunque a veces se pase de didáctico y machacón. La derecha gringa lo odia por manipulador (que lo es), y la facilidad con que recurre a la exageración y tergiversación siempre que le permitan demostrar un punto. Creen que un documental debe ser imparcial. Están equivocados. Los noticieros son los que deberían ser objetivos. Moore es a veces, más que documentalista, un caricaturista, que puede permitirse la hipérbole y la mofa. Sus detractores se valen de la bien conocida estrategia de denigrar a la persona para desvirtuar las ideas. Y Moore podrá ser gordo, fachoso, naco y mosca muerta, pero en lo que dice, tiene razón.

Segunda: una respuesta solidaria hacia nuestros hermanos gringos en desgracia (tan hermanos como los tabasqueños), víctimas de un gobierno inhumano que está destruyendo al país que tanto admiro; y tercera: una escalofriante visión de las posibles navidades futuras, un remojón de barbas vecinales.

Yo, como rezaba la campaña del instituto hace unos años, le debo la vida al Seguro Social. Fui bien atendido durante una convalecencia que no sólo me habría empobrecido (como ocurrió) sino que hubiera dejado en la miseria a mi familia. También, gracias a la ayuda de mi madre, conseguí atención de primera en el Instituto Nacional de Nutrición, a cambio de una tarifa simbólica. El sistema de salud mexicano ha resistido por años la corrupción de muchos, pero no soportaría a ese sólo corruptor, que con los contactos y la billetera correcta, quiera convertirlo en el engendro que son las aseguradoras gringas. Vea Sicko, para estar alerta ante los síntomas y juntos prevenir catástrofes mayores. Pero por si acaso, empiece a hacer ejercicio y coma frutas y verduras.

mrivera@solucionesenvideo.com

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