BEIJING, CHINA.- El presidente de la Comisión de Coordinación del COI, el holandés Hein Verbruggen, manifestó ayer en Beijing que la calidad del aire continúa siendo un problema, pero que no existe temor de que la polución acabe desluciendo los Juegos.
"Confiamos plenamente en que el problema de la calidad del aire será adecuadamente gestionado" por el Bocog (Comité Organizador de Beijing 2008), dijo Verbruggen en rueda de prensa.
Verbruggen no dudó en alabar las iniciativas que hasta el momento ha puesto en marcha Beijing para tratar de oxigenar su atmósfera, en las que ha invertido 12.300 millones de dólares, y recordó que no es fácil atajar de la noche a la mañana un problema como éste, agravado por el desarrollo galopante del país.
Por su parte, Jiang Xiaoyu, vicepresidente del Bocog, explicó que Beijing comenzó en 1996 a implantar 30 medidas para reducir la contaminación de la ciudad y señaló que "el resultado es obvio", antes de hacer el recuento de "días azules" que ha tenido Beijing este año en comparación con los que pudo contar hace una década.
Jiang recordó las medidas que se pusieron a prueba en agosto, como prohibir la circulación de 1.3 millones de automóviles (casi la mitad del parque automovilístico), lo que redujo las emisiones en un 20 por ciento.
"Tomaremos medidas administrativas similares durante los JO", señaló Jiang.
La calidad del aire de Beijing acaparó la atención de la comparecencia de la Comisión de Coordinación del COI, toda vez que ayer mismo se dio a conocer un informe del UNEP (Programa de Naciones Unidas para el medio ambiente) que señala que "la calidad del aire sigue siendo una preocupación legítima para los organizadores olímpicos, los atletas y los observadores".
El informe, elaborado con los organizadores olímpicos y grupos como Greenpeace, destaca que la concentración de PM10, partículas en suspensión procedentes del tráfico o de la industria, y que pueden causar asma, problemas cardiovasculares, cáncer de pulmón y muerte prematura, no está disminuyendo en Beijing.
Al hilo de este asunto y respecto a la posibilidad de trasladar alguna prueba olímpica fuera de China, información que según el COI fue en su momento malentendida, Verbruggen se mostró rotundo: "Totalmente excluida. No puedo ser más preciso", afirmó.
Por otra parte, Verbruggen volvió a alabar el ritmo de construcción de las instalaciones olímpicas y señaló que el Estadio Olímpico estará listo a tiempo para los test preolímpicos, aunque manifestó que "ya no se puede permitir ningún retraso" en la construcción del Centro Internacional de Emisiones de radio y televisión.
Preguntado por la negativa final de China a que la antorcha olímpica haga escala en Taiwán, Verbruggen explicó que el COI siguió muy de cerca las negociaciones entre las partes pero que es una decisión que compete exclusivamente al Bocog.
La de esta semana ha sido la última visita de la Comisión de Coordinación del COI hasta el año próximo y ha servido también para que la Comisión de Atletas del COI comprobase las instalaciones de que disfrutarán los deportistas.
"Incluso con los desafíos que afrontamos, el Bocog y las autoridades locales han valorado cuidadosamente lo que hay que hacer", concluyó un satisfecho Verbruggen.
