COMISIÓN INVESTIGADORA
Se decía en los altos círculos políticos del porfiriato: “Si quieres resolver un asunto, investiga, pero si quieres que nunca se sepa la verdad, crea una Comisión”, y desgraciadamente hemos constatado con el correr de un siglo la perversa veracidad de ese dicho.
Luego que se destapó una cloaca en la que nadaron en la inmundicia dos personajes del balompié, ambos vinculados con el Puebla, como Roberto Ruiz Esparza y Emilio Maurer, la Federación Mexicana de Futbol ha decidido llegar al fondo creando para ello una Comisión Investigadora.
La grabación de una plática entre este par donde el ex jugador garantizaba a Maurer ejercer sus oficios y hacer valer su amistad con Hugo Fernández, en algún tiempo jugador y entrenador de La Franja y a la sazón técnico de Dorados de Sinaloa, para que “jugara distinto” en la gran final por el ascenso disputada entre las instituciones ya mencionadas.
Lo alarmante de esa conversación no es tanto la cachaza de Ruiz Esparza, alguna vez capitán poblano, en su desmesurada oferta, sino la tranquilidad con que Maurer la escucha, sin cuestionar mayor cosa, lo que hace pensar que este tipo de maniobras son moneda de curso común en las altas esferas del poder futbolístico.
La verdad es que Puebla ganó con claridad esa final y que Dorados fue un dignísimo rival puesto que viendo el video no se aprecia rareza alguna, sin embargo, el destinatario de la sucia oferta, Hugo Fernández, sí se comportó extrañamente, por decir lo menos.
Primero, esa súbita alineación del joven Christian Centli, quien sólo había jugado un par de minutos con el equipo y tenía un año de no salir siquiera a la banca; luego, en el túnel de acceso al terreno de juego se comenta que se dirigió a sus jugadores deseándoles suerte y el ascenso puesto que él ya estaba arreglado con Veracruz y, finalmente, su enojo al finalizar el encuentro afirmando que Flavio Rogerio y Carlos Casartelli se habían vendido. Al final, Fernández permanece con el club sinaloense.
También resultó raro en su momento el súbito abandono de la concentración por parte de Tomás Banda y Carlos Hurtado aduciendo retraso en los pagos, justo con la final en puerta.
Pero hay otras preguntas sin contestar como, por ejemplo, ¿por qué se permitió jugar al novato Centli con el número 30, el cual era duplicado pues pertenecía a Jaime “Jimmy” Ruiz? Testigos presenciales afirman que el titular de la Rama, Enrique Bonilla y Aarón Padilla, jefe de los árbitros, permitieron esa anomalía.
Otro punto más que oscuro es el papel de Alberto de la Torre, quien a través de su empresa Profut, asesora a Dorados y lo hacía en esos momentos.
Habrá que estar muy atentos al curso de las investigaciones que tendrán, a decir del secretario general, dos vías: la federativa con los afiliados, y la Procuraduría de Justicia poblana en el caso de la dupla Ruiz Esparza-Maurer.
Sólo me llama la atención que la Femexfut ratificó el status de non grato a Emilio Maurer, y otro personaje con igual etiqueta, como Guillermo Lara, sigue haciendo negocios con y desde el poder en la Federación, y el hecho de que si la justicia poblana se conduce con la transparencia que lo hizo en el caso de la periodista Lydia Cacho, entonces tendremos un par de “sinvergüenzas preciosos”.
