Conflicto de intereses
Han quedado definidas las semifinales del torneo mexicano de la Primera División y hay que irse frotando las manos pues los encuentros deberán resultar en verdaderos agarrones.
La variedad de estilos, la calidad de los elementos de cada uno de los cuatro equipos, las aficiones que abarrotarán los inmuebles y la capacidad de los Directores Técnicos parecen garantizar una fase previa a la Gran Final intensa y de alto nivel futbolístico.
Guadalajara y Atlante tienen en común ser equipos que le llegan al pueblo aunque hay que reconocer la abismal diferencia entre el número de aficionados de los recién adoptados Potros de Hierro de Quintana Roo y los millones que siguen con fervor al chiverío, incluso allende las fronteras.
Desde hace muchos años existe una rivalidad entre estos dos conjuntos y sin caer en la exageración de poder llamarle “clásico”, sus encuentros tienen la suficiente dosis de pique y odio deportivo para augurar de nueva cuenta un emocionante episodio.
Atlante ha desplegado un muy bonito futbol está temporada y habrá que estar atentos si esto alcanza para conseguir buenos resultados. De ser así, la afición al balompié deberá agradecérselos de pie, pues al hartazgo de esquemas ratoneros y medrosos como justificación del fin ya resultan oprobiosos.
El “profe” Cruz ha encontrado la manera de crear una comunión en el plantel e inculcar su idea ofensiva a un grupo por el que no se daba demasiado al inicio de la campaña.
Del otro lado, a jalones, estirones y regaños del propietario, Chivas no traiciona su arraigo y vocación por el buen trato de la pelota y eso garantiza el espectáculo. Estoy seguro de que veremos un duelo de arqueros entre Federico Vilar y Luis Michel y todo dependerá del que se equivoque menos. Los pupilos de Efraín Flores necesitarán algo más que un “mugroso gol” para imponer su ley. Un gol de ventaja, por la vía de un penal inventado, parece poca ventaja para los tapatíos.
En la otra llave tengo, por decirlo de alguna manera, un serio conflicto de intereses; por un lado, mi formación universitaria y el cariño a esos colores nacido de haber jugado en las reservas y de que mi padre, don Arturo Brizio Ponce de León fungiera como Gerente del club allá por los años 1974-77.
Por otra parte creo que Santos merece el título por haber sido el equipo que mejor futbol jugó a lo largo de la campaña y para prueba, el super liderato obtenido con toda justicia. Si Atlante practicó el juego más vistoso, los de la Comarca fueron equilibrados, ordenados y contundentes.
Si bien mi corazón es Puma, mi razón me dicta que Santos debe acceder a la Final y como dije antes de que comenzara la Fiesta Grande: “le voy al Santos” y pues me sostengo y como la “mano negra” no me rajo aunque debo reconocer que me hubiera gustado ver este enfrentamiento en el partido grande donde sale el campeón.
Ojalá que en esta etapa del campeonato el arbitraje se aplique para dejar de ser el pretexto de los perdedores. Hasta el momento, el grupo comandado por Aarón Padilla ha quedado francamente a deber. La temeraria designación de Germán Arredondo al Chivas-Potros no presagia nada bueno.
Finalmente, jugaré el deporte nacional de vaticinar quién gana. La final será Santos vs. Atlante. Y usted, ¿Qué opina?
