Ahora si, lo puedo creer.
Ahí estaba yo, en el centro del salón, oyendo a las diferentes personalidades, mientras creía escuchar la banda sonora de “Cinema Paradiso”, sobre todo al final de esa maravillosa película, y pasaban por mi mente imágenes del viejo Estadio Moctezuma, en la época en que tomaba el directo a Torreón, después trasbordaba a un San Julián que me dejaba en la casa de los Diablos Blancos, vaya que si me impresionaba el escenario, en aquella época era un joven inmueble, lo veía enorme.
Los importantes señores seguían hablando y describían los impresionantes detalles del llamado complejo deportivo y me volvía a ir en mis recuerdos, el regreso del futbol de primera, en el ahora rebautizado Estadio Corona, bastante dado al “cuas”, urgido de una buena mano de pintura, etcétera. En fin ese era nuestro Estadio y todo parecía indicar que al menos en esta vida las personas de mi edad no seriamos testigos de un Estadio rechinando de nuevo.
Yo seguía como flotando en el salón donde se informaba, ahora sí, con toda la seriedad debida que el Santos Laguna tendrá su nueva casa y no se ustedes añejos aficionados pero me conmoví, si, no me da pena decirlo por un momento se me hizo un pequeño nudo en la garganta, no un nudo ciego, pero si uno de consideración.
Ustedes serán de frío metal, pero a mí esto me emociona es mas, a partir del próximo febrero cuando se inicien las obras, voy a ir a entrevistar a los obreros, imagínense:
“Nos encontramos con el señor de la aplanadora, ¿cómo se siente caballero siendo el primero en reportar? Disculpe ingeniero ¿va a colocar línea de cuatro o de cinco con los soldadores? ¿ese barillero irá por izquierda o por derecha?
Esperemos que las obras del nudo mixteco hallan concluido antes de la Apertura del nuevo estadio Corona, ya solo les queda un año y medio señores.
El lugar común es inevitable, un sueño hecho realidad. Falta llegar sin mayores novedades al 2009 (Dios mediante) año estimado para la inauguración. Quiero pensar que la inmensa mayoría de los actuales laguneros seremos testigos y eventualmente disfrutaremos de estas magnificas instalaciones, ojalá no me equivoque.
Inevitable también pensar en los ahora ausentes, compañeros fotógrafos, camarógrafos, reporteros, y sobre todo aficionados que experimentaron esa sensación de amor y odio al vetusto Estadio y que mejor se nos adelantaron que disfrutar de las comodidades y la modernidad del nuevo edificio.
Mi brazo derecho llegó a estar tumefacto a base de continuos pellizcos, simplemente no lo podía creer, gracias señores, a todos los involucrados, en menor o mayor medida, no importa, gracias por esta grata noticia, un motivo mas para sentirse un lagunero orgulloso.