Evaristo Muñoz Acevedo, a consecuencia de la diabetes enfrenta la ceguera y pide a la sociedad que apoye a los discapacitados.
La gente con capacidades diferentes pide apoyo, no lástima
El Siglo de Durango
Al ser uno de los pocos especialistas que hay en Medicina Nuclear, por su mente nunca pasó la idea de que algún día su vida se vería en las tinieblas. A causa de la diabetes, su visión se ha ido y hace tres años inició el doloroso proceso de enfrentar su discapacidad.
Evaristo Muñoz Acevedo tiene 67 años y ahora ya no se afana en curar a los demás, sino en restaurar su propio existir y valerse por sí mismo aunque esté ciego.
“Trabajé 37 años, jamás pensé en la jubilación y tuve que retirarme cuando perdí mi vista. Creí que no iba a aguantar esta situación pero todo lo aguanta uno, menos no comer. Yo hice una especialidad relativamente nueva en México, soy especialista en Medicina Nuclear, se utilizan isótopos radioactivos en el diagnóstico y en el tratamiento de las enfermedades humanas. Desde niño me gustaban la Física y las Matemáticas”, platica el galeno.
PROCESO
Cuando tenía 38 años le fue diagnosticada la diabetes y pese al tratamiento quedó invidente como consecuencia de la enfermedad crónico-degenerativa.
La ceguera le ha implicado volver a iniciar en muchas cosas, por ejemplo aprender a leer, pero en esta ocasión en el sistema Braille.
“Con el tacto mide uno distancias. Con el Braille se escribe de izquierda derecha pero se debe leer por atrás de la hoja, porque se leen los hoyitos donde sale el punzón. Mi hija mayor Elvia, que es radioquímica, es la que me ayuda”, cuenta Muñoz Acevedo.
Y hay algo que le interesa sobremanera: “La gente nos tiene lástima pero no queremos eso, necesitamos apoyo. A mi trabajadora doméstica le digo que no me haga todo, que me deje intentar y fracasar pero no entiende. Ella lo que quiere es protegerme”, manifiesta mientras se dispone a desayunar.
CONMEMORACIÓN
Este 3 de diciembre se conmemoró el Día Mundial de la Discapacidad. En un desayuno ofrecido en Casa de Gobierno autoridades del DIF Estatal encabezadas por su presidenta Gabriela López de Hernández reconocieron a las personas con capacidades diferentes.
Pero también quedó de manifiesto que aún queda mucho por hacer para lograr su integración total. Francisco Gerardo Fournier Drew, director de la dependencia de asistencia social, lamentó que siga la inconciencia de ocupar los cajones de estacionamiento para los discapacitados y las pocas oportunidades laborales que tienen.
“El Gobierno no lo puede hacer todo, sino también deben participar las empresas. Falta la disponibilidad para ayudar a muchos de los discapacitados. Hace falta que encontremos eco en los transportistas, en las tiendas. Pero hay mucha gente que abusa con placas de discapacitados, tendremos que analizar ese tema”, manifestó ayer por la mañana.