Familiares de las víctimas del accidente de avión identifican, hoy lunes 17 de septiembre, en Phuket, Tailandia, los cuerpos de los pasajeros del avión de la aerolínea tailandesa de bajo coste 'One To Go' que se estrelló ayer en el aeropuerto de la isla de Phuket. (EFE)
Las autoridades comenzaron hoy a investigar el accidente del avión MacDonnel-Douglas MD-82, propiedad de Orient Thai Airlines y operado por la compañía tailandesa de bajo coste "One To Go", en la turística isla de Phuket, en el que murieron 91 personas y sobrevivieron 39 de las 130 que iban a bordo.
Entre los restos del aparato, los funcionarios del departamento de Aviación Civil recuperaron anoche las dos cajas negras que contienen los datos que servirán para esclarecer las causas del siniestro, ocurrido el domingo en medio de una intensa lluvia y fuertes rachas de viento.
"Las dos cajas negras están ya en manos de los investigadores" anunció a la prensa Udom Tantiprasongchai el presidente de la compañía Orient Thai Airlines, propietaria de la subsidiaria "One To Go".
El ministro tailandés de Transportes, Theera Haocharoen, señaló por su parte, que las dos cajas negaras serán analizadas en Estados Unidos o en Australia por expertos, y que el resultado de la investigación está previsto que dure "unas cuantas semanas".
La aeronave se salió de la pista de aterrizaje para estrellarse contra unos arboles y un muro, y, después de partirse en tres partes, las llamas se apoderaron del fuselaje.
"Este avión se utilizó durante doce años y, normalmente, cualquier avión tiene un vida operativa de al menos 15 años", apuntó el titular tailandés de Transporte en rueda de prensa.
Las autoridades del aeropuerto de la isla de Phuket, situada al suroeste del país, y uno de los principales destinos turísticos de Tailandia, indicaron que la visibilidad era mala cuando el piloto realizó la maniobra final de aterrizaje tras recibir en el último minuto autorización para abortarla por parte de la torre de control.
En mayo de 2006, el Ministerio surcoreano de Construcción y de Transportes advirtió a "Orient Thai Airlines" de que consideraba deficientes las medidas de seguridad en los aviones que entonces empleaba para los vuelos entre Bangkok y Seúl.
El citado Ministerio surcoreano instó a la aerolínea tailandesa a mejorar los sistemas de seguridad y actualizar las normas de operatividad de los aviones, después de haber detectado fallos de funcionamiento en los extintores y los tanques de oxigeno.
Antes, en octubre de 2004, la misma aerolínea recibió un aviso de las autoridades del aeropuerto japonés de Narita, en Tokio, cuando uno de sus aviones se aproximo a unos 200 metros de la torre de control durante el aterrizaje.
"Puedo confirmar que nuestra aviación civil cumple en todos los estándares internacionales en todos los aspectos", afirmó el primer ministro de Tailandia, general Surayud Chulanont, durante la visita que realizó al viejo aeropuerto de Don Muang, en Bangkok, con la finalidad de entrevistarse con varios familiares de las víctimas.
Chulanont, quien canceló el viaje que tenía previsto realizar a Phuket, a unos 700 kilómetros al sur de la capital, aseguró que "el Gobierno y los organismos gubernamentales proveerán ayuda completa a los supervivientes y a las familias de las víctimas.
El accidente aéreo perdieron la vida 55 extranjeros, entre ellos ciudadanos australianos, franceses, israelíes y al menos un alemán.
La compañía "One To Go", creada en diciembre de 2003, dispone de de una flota de seis aviones Boeing 747 y siete McDonnell Douglas MD-82, incluido el que se estrelló hoy.
Este accidente aéreo es el más grave ocurrido en Tailandia desde que en diciembre de 1998 murieron 101 personas al estrellarse un avión de la compañía estatal Thai Airways International cerca del aeropuerto de la provincia de Surat Thai, al sureste del país.