A pesar de los fuertes e insoportables dolores que padecía, la Seguridad Social inglesa le había dado cita con el dentista para dentro de 3 semanas. Demasiada espera. Inteligente como él solo, recordó los viejos trucos que utilizaban en el periodo que pasó en la armada inglesa, optando por arrancarse siete dientes para que no tuvieran más remedio que intervenirle de urgencia.
El primer dolor dejaba paso a siete nuevos dolores empapados con la sangre de una hemorragia dental descomunal que acabó con todo el hielo a la par que dejaba helados a toda la parte Este de la región conocida como las Midlands. Así aprenderán, debía pensar en el momento en que ejecutaba sus propias extracciones.