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Cómo ser mejor profesor desde tu centro escolar

Rolando Cruz García

Uno de los grandes retos que enfrentamos los maestros cotidianamente es cómo ser mejores en nuestra labor sin salir de nuestro centro de trabajo, porque pareciera que debemos de salir a buscar la actualización, la preparación y la profesionalización fuera de la escuela para la que trabajamos, cuando el centro escolar es un lugar privilegiado para formarse.

Finalmente de lo que tratan las perspectivas, teorías y modelos de formación del profesorado, en la mayoría de los posgrados, es generar las competencias del maestro en el dominio de los contenidos y en la mejor manera de enseñarlos.

Si relacionamos estas consideraciones con la eficiencia en la enseñanza, para enseñar antes hay que saber, hay que dominar cognitivamente lo que se quiere enseñar, es decir, es necesario ser competente en la materia objeto de la enseñanza.

Aunque ser competente en la materia o en la disciplina que se desea enseñar es la primera condición para poder enseñar, no es suficiente para lograr ser un buen enseñante. Lo que quiere decir que la habilidad didáctica es también importante, aunque tampoco suficiente si no se cuenta con hábitos y técnicas docentes, ya sea por dotación natural o por formación y por aprendizaje.

Es por ello que la formación y el entrenamiento se hacen imprescindibles. “Significa que el que pueda enseñar, a su vez quiera y sepa enseñar. Asimismo significa que el que pueda aprender, a su vez quiera y sepa aprender” (Pedro Hernández, 1998).

Aprender a enseñar; esta condición nos lleva a plantear las siguientes preguntas clave: ¿Quién sabe enseñar?, ¿Quién enseña bien?

La referencia etimológica nos dice que enseñar es señalar algo a otro, sin embargo dicha tarea no es cualquier cosa, es mostrar (y demostrar) lo que el otro desconoce, es por ello que se hace necesario considerar los elementos del acto de enseñar y aprender: Este implica que hay uno que conoce (puede enseñar) y otro que desconoce (puede aprender) y que el que puede enseñar, quiera y sepa enseñar y el que puede aprender, quiera y sepa aprender.

Implica lo que se quiere enseñar y aprender (contenidos curriculares) y los procedimientos o instrumentos para enseñar y aprender (medios). Cuando se enseña algo es para lograr metas (objetivos escolares).

Cuando ocurre el proceso de enseñanza – aprendizaje, éste acontece en una situación determinada por las condiciones físicas, sociales y culturales (contexto).

Se ha constatado que existe consenso respecto a las cualidades que el buen docente debe reunir, sobre todo en términos de la competencia en el dominio de los contenidos, la motivación docente y la habilidad para comunicar (comunicabilidad didáctica).

Una concepción que me parece elemental para desarrollar la formación de los docentes bajo estos enfoques, es la de considerar el centro educativo como un importante núcleo de profesionalización de sus propios profesores, ya que existe una relación muy estrecha entre el proceso mismo de formación y la génesis de un cambio, destacando que la innovación o renovación en un centro escolar, está relacionada con la capacidad de interacción que se da entre el claustro de profesores.

El centro escolar es un lugar privilegiado para la planificación y realización de actividades de formación, ya que ahí es donde están los problemas de la formación misma, problemas que pueden llegar a resolver, o colaborar para que colegiadamente se corrijan. De manera tal que podemos identificar una serie de indicadores que nos posibilitan vislumbrar un posible cambio educativo en la institución.

El centro escolar es por lo tanto, un lugar vital para la implementación de actividades de formación, ya que es ahí donde se encuentran los problemas, que la misma formación docente puede ayudar a resolver, de tal manera que: colegialidad, interacción (y su frecuencia), comunicación, colaboración, etc. constituyen indicadores del cambio educativo en las escuelas.

La formación contextualizada y colaborativa en los centros educativos, no se puede emprender desde el aislamiento y la individualidad, ya que afecta tanto a las escuelas, como a los sistemas de las que éstas forman parte.

Los nuevos procesos formativos, que se desarrollan colaborativamente, constituyen la tendencia idónea para generar procesos renovadores, pero deben analizarse los condicionantes previos para evitar el exceso de cursos y la desmotivación, por lo que es conveniente cierta prudencia a la hora de afirmar que el aumento en el número de interacciones colegiadas produce automáticamente, condiciones de cambio, renovación y mejora.

La formación docente está asociada al concepto de autonomía como principio de trabajo y participación y constituyen procesos que tienen importantes repercusiones en la mejora del aprendizaje de los alumnos.

Si la profesión de enseñar implica ser un aprendiz permanente, entonces el desarrollo profesional del docente y el desarrollo de la institución deben integrarse para la mejora del centro educativo y de los aprendizajes de los alumnos.

El profesor, para ser conceptualizado como educando, deberá desarrollar cinco dimensiones profesionalmente combinadas: la dimensión técnica, la dimensión reflexiva, la dimensión indagativa (investigadora), la dimensión crítica y la dimensión colaborativa.

Será necesario que todas estas dimensiones se integren y se entrelacen para desarrollar reales proyectos de mejora profesional, formativa y educativa.

Desde una perspectiva actual, la participación autónoma del profesorado, es el núcleo fundamental de la formación en los centros escolares, sin embargo, a causa del predominio del enfoque técnico–científico, se sigue considerando al docente como un simple ejecutor del currículum y al que no se le concede margen de libertad para su propia formación, por lo que la percibe como algo artificial y ajeno a los contextos personales e institucionales en los que trabaja.

La cultura colaborativa se caracteriza ahora por presentar contactos más profundos, personales y duraderos, que se manifiestan en el trabajo diario del profesorado.

Por todo lo anterior se puede apreciar que nuestras instituciones se deberán convertir en los mejores lugares para formarse como docente y tendrán que transformarse en espacios privilegiados de interacción colegiada.

Agradezco sus comentarios a:

rolexmix@hotmail.com

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