Durango

Condena Iglesia ola de violencia en El Salto

La Iglesia no justifica el maltrato a la mujer; esto puede ser motivo de disolución matrimonial.

La Iglesia no justifica el maltrato a la mujer; esto puede ser motivo de disolución matrimonial.

El Siglo de Durango

PUEBLO NUEVO, DGO.- La leyes clericales no justifican el maltrato a la mujer; incluso, en casos extremos se recurre a la anulación del matrimonio, afirmó José Anaya Rodríguez, vicario general de la Prelatura de El Salto, tras condenar el asesinato de una mujer por su esposo.

Considera que los factores principales que influyen en la violencia intrafamiliar son el alcoholismo y otras drogas, además de la pérdida de valores morales y religiosos, cuyas consecuencias son fatales, con daños irreversibles en los hijos.

Falta mucha orientación de las instituciones de Gobierno y de la Iglesia hacia las personas, desde la infancia en el seno del hogar, donde empieza la formación del individuo, admite el Vicario General; “es responsabilidad de todos hacer frente a los lastres sociales como el vicio y la violencia, buscando unidos alternativas de solución”.

Observa el Vicario de la Prelatura una crisis de conciencia en las sociedad; la apatía de los padres de familia e instituciones generan el libertinaje de los hijos y después se viven las consecuencias a temprana edad y hasta en mayores, como es el caso de las parejas disfuncionales, divorcios, homicidios, suicidios y accidentes a consecuencia de los excesos.

Muchas veces los padres permiten a sus hijos ingerir productos de contenido alcohólico, creyendo en una sana diversión, sin saber que el alcohol es desconcertante, poderoso y burlón; termina por acabar con las vidas de las personas, pobres, ricas, sabias, humildes. En fin, no respeta niveles o estratos sociales.

Sobre el maltrato a la mujer, la Iglesia lo reprueba, destaca Anaya Rodríguez; incluso, puede ser motivo de disolución del matrimonio, previo análisis de cada caso, pero de hecho no es obligación de la mujer tolerar golpes tras golpes que a la postre le lleguen a causar una enfermedad y hasta la muerte, además de afectar a los hijos para toda la vida.

La pareja o matrimonio es imagen de Dios, donde debe haber igualdad de género, respeto y amor, sobre todo, nunca injurias, maltratos físicos, psicológicos, económicos ni sexuales; eso puede ser motivo de separación, no solamente por engaño o adulterio.

Hace notar el Vicario que los problemas también se generan por la falta de preparación de los cónyuges, de donde surge el desorden y hasta la tragedia, el crimen, lo cual repudia la Iglesia.

Anaya Rodríguez hace un llamado a los fieles de la Prelatura a reflexionar sobre el matrimonio y la búsqueda de la felicidad, misma que está dentro de cada uno, pues la felicidad –recalca- no significa tener dinero, pues hay pobres que solamente dinero tienen y hay personas que se sienten ricas por su tranquilidad espiritual y armonía familiar.

Valores morales

Hay consternación en el pueblo católico de El Salto por el crimen de una mujer a manos de su esposo, además de la ola de violencia que prevalece es esta región.

José Anaya Rodríguez, vicario general de la Prelatura de El Salto, al señalar lo anterior señala la necesidad de apreciar la vida sin necesidad de recurrir a medios que solamente dejan luto y tristeza en los hogares.

El Vicario General lamenta el daño causado a los niños de esos hogares donde se acostumbra el vicio y la violencia. ¿Qué se puede esperar de su futuro, si no se promueven los valores morales y civiles, necesarios en la formación de todo individuo?, cuestiona.

Comenta que es lamentable leer las páginas rojas de los periódicos donde destacan los crímenes, robos y vicios; eso debe preocupar a todos, a fin de redoblar esfuerzos en atención a los hijos dentro de una atmósfera de respeto y vida cristiana, enfatizó.

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