Fujimori vaticinó que logrará “justos resultados” y dijo estar preparado para enfrentar a sus acusadores. (Archivo)
Denuncia la hija del ex mandatario maltratos hacia su padre.
El ex presidente peruano Alberto Fujimori, quien se declaró “optimista” y “confiado” de que podrá echar abajo las acusaciones en su contra, almorzó ayer pollo asado a la brasa, con papas y verduras y jugo de frutas, reveló su hija Keiko Fujimori.
El ex gobernante recibió los alimentos de manos de su hija en su celda en la sede de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes) de la Policía Nacional de Perú, donde se encuentra recluido desde que el sábado llegó extraditado desde Chile.
“Era el platillo peruano que más extrañaba y estuvo a gusto con ello”, declaró la congresista peruana tras expresar su preocupación por “la velocidad con la que están tratando las cosas”.
Denunció un maltrato innecesario a su padre, pues debió esperar hasta las 11 de la noche del sábado para poder ver a sus familiares y recibir alimentos mientras se realizaban los procedimientos legales.
“Me pareció un exceso, maltrato innecesario, el tener que esperar hasta tan altas horas de la noche”, dijo la congresista de la alianza fujimorista Sí Cumple. Reveló que el ex presidente se encuentra resfriado, pero recibe la medicación respectiva y dijo que se le veía un poco agotado por el viaje largo que realizó en la víspera de Santiago de Chile a Lima.
A pesar de ello el ánimo del ex gobernante es “tranquilo y sereno. Sabe que velaremos por que se realice el debido proceso y se le trate bien”, señaló. A su vez, el abogado de Fujimori, César Nakazaki, dijo que éste va a enfrentar con entereza las acusaciones por delitos de lesa humanidad y corrupción.
El propio Fujimori vaticinó que logrará “justos resultados” y dijo estar preparado para enfrentar a sus acusadores, relató Nakazaki.
“Me dijo que está optimista, que en que en cada uno de los procesos irá demostrando su verdad y logrará el justo resultado que corresponda”, reveló Nakazaki a la prensa luego de haberse reunido durante tres horas con el ex jefe de Estado.
Fujimori insistió ante su abogado peruano que tiene un “escudo legal” -que impide que sea juzgado por casos distintos a los que motivaron su extradición- y la conciencia tranquila y por tanto, dijo estar confiado en una contundente victoria judicial en Perú.
PRESIONARÁN CON ‘VIDEOEVIDENCIAS’
Si un video de la corrupción lo echó del poder y lo sepultó políticamente en el año 2000, otros, decenas de éstos, le permitirían a Alberto Fujimori presionar a jueces peruanos y buscar su excarcelación, consideró un analista local.
Esa es la ruta, el camino que desde un principio trazó Fujimori para defenderse de las acusaciones de corrupción y atentados contra los derechos humanos, de acuerdo a expertos consultados.
“Fujimori va a utilizar los videos que tiene escondidos para presionar a quienes lo acusan”, expresó el analista Carlos Tapia, ex miembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
El ex jefe de Estado logró apoderarse de evidencias cuando en 2000 ordenó allanar la casa de su ex asesor Vladimiro Montesinos.
Algunos jueces, periodistas, empresarios, congresistas, políticos, artistas fueron videograbados en la sede del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) cuando recibían dinero o realizaban arreglos con Montesinos, según testigos.
Pagan periodistas hasta 150 dólares para cubrir caso
La cobertura periodística de uno de los casos más mediáticos de la historia peruana, el encarcelamiento del ex presidente Alberto Fujimori llevó a los periodistas a pagar de 80 a 150 dólares por ubicarse en edificios cerca del área de reclusión.
“Un área de poco más de un metro cuadrado en una azotea cuesta eso. Si deseas utilizar los servicios higiénicos o recibir alimentación en alguna zona aledaña tienes que pagar una tarifa extra”, dijo un fotógrafo.
El comunicador recordó que algo similar ocurrió entre diciembre de 1996 y abril de 1997, durante la denominada “crisis de los rehenes”, en la residencia japonesa, cuando los periodistas pagaban 150 dólares el metro cuadrado.
En aquella ocasión, algunos canales televisivos internacionales pagaron hasta 13 mil dólares mensuales por residencias aledañas a la Embajada japonesa en el exclusivo distrito de San Isidro donde durante 126 días permanecieron 72 personas en calidad de rehenes.
Las tarifas en la zona aledaña a la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía Nacional de Perú (PNP), en el populoso distrito de Ate Vitarte, al este de Lima, varían de 80 dólares si el espacio es pequeño y se trata de fotógrafos y 150 para televisoras.
