Ambos países buscan incrementar su cooperación contra el narco, confirman.
El Departamento de Estado confirmó conversaciones con México “para incrementar nuestra cooperación” contra el narcotráfico y la violencia pero declinó etiquetarlo de manera alguna.
“No voy a tratar de ponerle alguna etiqueta en particular”, dijo Sean McCormack, portavoz del Departamento de Estado al responder a preguntas sobre propuestas de un “Plan Colombia” para México.
Subrayó en cambio que “es una seria discusión de que puede hacerse para llegar a la raíz del ilícito tránsito de narcóticos de México a Estados Unidos y luego acerca de formas para lograr control de los crecientes niveles de violencia en ambos lados de la frontera”.
McCormack indicó que las conversaciones están en desarrollo pero precisó que “no puedo ofrecer muchos detalles (...) hay un activo canal de comunicación en el que trabajamos para abordar esos temas”.
El funcionario norteamericano hizo las declaraciones luego de que el fin de semana viera el surgimiento de una pequeña polémica durante la Reunión Interparlamentaria Estados Unidos-México realizada en Austin, durante la que el diputado estadounidense Silvestre Reyes se refirió a la propuesta de un “plan Colombia” para México que el Embajador de México en Washington, Arturo Sarukhán, rechazó rápidamente.
Incluso, la Secretaría de Relaciones Exteriores emitió un comunicado el sábado pasado donde confirmaba la cooperación bilateral de Estados Unidos con México para combatir a los grupos criminales que operan en ambos lados de la frontera, pero especificó: “ (esta colaboración será) sin asumir esquemas aplicados en otros países y se realiza con pleno respeto a la soberanía de México y a las disposiciones constitucionales y legales en la materia”.
Se trata en realidad de un plan por el que México solicita el apoyo estadounidense para una serie de acciones de vigilancia y entrenamiento policiacos, que se definió en su momento como un “Plan Colombia” sin componentes militares.
De acuerdo con fuentes familiares con el tema, los contactos arrojaron ya resultados concretos pero están lejos de haber concluido, toda vez que a pesar de acuerdos y hasta voluntades hay todavía, de acuerdo con los informantes, renuencias en algunos puntos. Los planes incluyen mayor coordinación en términos de intercambio de inteligencia y acciones policiacas, pero también hay renuencias en términos de la colaboración entre militares y el condicionamiento de fondos y supervisiones.
El lado estadounidense indicó recientemente que están pendientes de recibir lo que se describió como lista de necesidades mexicanas, que estaría en negociaciones entre los diversos sectores participantes por el lado mexicano y sería presentada sea por la Secretaria de Relaciones Exteriores o el Centro de Investigaciones para la Seguridad Nacional (CISEN).
Desde el punto de vista mexicano, el tema más espinoso será evitar la injerencia de órganos legislativos estadounidenses, que sienten el derecho de supervisar cómo se gastan fondos aportados por su gobierno y frecuentemente buscan ejercer esa prerrogativa de acuerdo con sus necesidades políticas del momento.