La carne que se encontró en la sartén que cocinaba José Luis Calva Zepeda era tejido humano, corroboró la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
En conferencia de prensa se dio a conocer que el criminal, al que ya se le acreditaron dos homicidios, padece alcoholismo crónico y abusa de la cocaína pero es capaz de reconocer los hechos constitutivos de delito. Sus libros favoritos son “Sodoma y Gomorra” y “Marqués de Sade”. Además le gustaba ver películas pornográficas y de zoofilia.
El fiscal de homicidios, Gustavo Salas, dijo que las dos víctimas con las que se le relaciona murieron por asfixia y estrangulación.
Peritos de la Procuraduría capitalina tienen la “firme presunción” de que José Luis Calva Zepeda comió parte de los restos de su novia Alejandra Galiana Garabito, a quien asesino mediante estrangulación y propinándole golpes en la cabeza.
Además, agentes de la institución pudieron documentar, mediante declaraciones de testigos y con base en diversos elementos, que José Luis Calva tenía afición por rituales satánicos y una fuerte fascinación por películas pornográficas, de sadomasoquismo y en las que se mostraban historias de asesinos seriales, señaló el fiscal oficial de homicidios de la dependencia, Gustavo Salas.
El fiscal indicó que ha tenido dos ingresos al Reclusorio Oriente y al Norte por portación de arma de fuego y abuso sexual.