Examinan detectives correos electrónicos y llamadas telefónicas tras los fallidos ataques en Londres y Glasgow.
La Policía británica confiscó numerosas computadoras de los hospitales de tres ciudades británicas en las que trabajaban como médicos los sospechosos de los fallidos atentados del fin de semana en Glasgow y Londres para comprobar si planearon sus ataques a través de Internet.
Así lo señaló ayer el vespertino “Evening Standard”, según el cual hay, por otro lado, pruebas de que Mohammed Haneef, un médico indio de 27 años, detenido en Brisbane (Australia) cuando se disponía a viajar a su país, estuvo en contacto telefónico con uno de los supuestos terroristas.
Haneef, que tenía un billete sólo de ida para la India, dejó su apartamento en Brisbane tan precipitadamente que cuando la Policía fue a registrarlo vio que aún había ropa tendida en el balcón, lo que indica la posibilidad de que sus cómplices le avisaran de que habían fracasado los atentados en suelo británico.
Los especialistas en antiterrorismo del Reino Unido tratan estos días de atar cabos, estudiando las llamadas efectuadas desde los teléfonos móviles recuperados intactos en los dos coches-bomba de la que los terroristas dejaron estacionados en pleno barrio turístico y de espectáculos de Londres.
Mientras tanto se ha sabido que uno de los médicos detenidos, el iraquí Bilal Abdulla, de 27 años, uno de los dos individuos que ocuparon el coche-bomba lanzado el sábado contra la terminal del aeropuerto de Glasgow, tenía vínculos con extremistas en Bagdad, donde trabajó hasta hace un año antes de ir al Reino Unido.
Según fuentes del hospital Royal Alexandra en Paisley, próxima a Glasgow, donde trabajaba últimamente, el iraquí había sido apercibido en más de una ocasión por dedicar demasiado tiempo a Internet.
La Policía investiga si Abdulla, que aunque se crió y educó en Irak, nació en Gran Bretaña, frecuentó la mezquita londinense de Finsbury Park, donde predicó el imán radical Abu Hamza, que purga actualmente una pena de cárcel de siete años por incitación al asesinato y al odio racial.
Parte de la familia del iraquí vive en Cambridge y según la prensa británica, hay entre ellos seguidores de la secta wahabí, la más estricta dentro del Islam.
Uno de sus antiguos amigos llamado Shiraz Maher declaró a la BBC que Abdullah estaba muy “furioso con Occidente y en especial con Gran Bretaña y Estados Unidos, desde la invasión de Irak, en la que veía una cruzada occidental para imponer sus valores a un país islámico”.
Su compañero, otro doctor del mismo hospital llamado Khalid Ahmed, sufrió gravísimas quemaduras en la bola de fuego en que se convirtió el automóvil todoterreno que chocaron contra la puerta de la terminal del aeropuerto. La Policía trabaja sobre la hipótesis de que ambos hombres fueron también quienes dejaron estacionados los coches-bomba en la capital antes de viajar a Glasgow para continuar su serie de atentados.
Mientras tanto se ha sabido que algunos de los detenidos figuraban en la base de datos del MI5, los servicios de información interior, aunque no habían sido objeto de un seguimiento especial.
Uno de ellos había sido incluido allí por un comentario que publicó en Internet condenando las caricaturas sobre Mahoma que se publicaron en la prensa danesa y que crearon fuertes protestas en el mundo musulmán.
La prensa británica citaba ayer, por otro lado, a un sacerdote anglicano que trabaja en Bagdad, Andrew White, quien asegura que un líder no identificado de Al Qaeda le había anunciado en tono amenazante: “Quienes os curan, os matarán”, aviso que aquél pasó al ministerio británico de Asuntos Exteriores.
Los siete médicos detenidos en Gran Bretaña, dos de ellos todavía en fase de formación y la mujer de uno de ellos, técnica de laboratorio, siguen siendo interrogados por la Policía en la comisaría londinense de alta seguridad.
Refuerzan control de inmigrantes tras atentados
El primer ministro británico, Gordon Brown, anunció ayer que reforzará el control de inmigrantes altamente calificados que ingresan al país y que revisará el reclutamiento de personal para el sector salud, ante los recientes ataques frustrados.
Brown dio a conocer las nuevas medidas ante el Parlamento, durante su primera sesión de preguntas y respuestas como jefe de Gobierno, en la que debió enfrentar la presión de líderes de la Oposición para actuar de cara a la amenaza terrorista que se vive en este país.
Dado que todos los detenidos, sospechosos de estar implicados en los ataques frustrados en esta capital, son extranjeros que trabajan en el Servicio Nacional de Salud (SNS), Brown se pronunció por reforzar los controles para el ingreso de profesionistas a esta nación.
“Es importante enviar el mensaje al mundo que permaneceremos fuertes, inamovibles y unidos de cara al terrorismo”, dijo el ex ministro de Finanzas que, a una semana de haber llegado al poder, ha debido enfrentar una crítica situación de seguridad nacional.
Explicó asimismo que “como resultado de lo que ha ocurrido en el Servicio Nacional de Salud, he pedido a Lord West, el nuevo ministro para el Terrorismo, que dirija una revisión inmediata sobre los procedimientos que debemos hacer en relación con el reclutamiento”.