Diputados y 20 suplentes buscan instalar una sesión por primera vez en casi dos semanas después que el Tribunal Electoral destituyera a 57 legisladores por oponerse a una consulta popular.
El Congreso ecuatoriano se reunió hoy con la incertidumbre de si su presidente, Jorge Cevallos, aceptará la presencia de diputados suplentes para alcanzar el quórum que permita constituir la sesión.
Al iniciar la reunión, Cevallos aclaró que el encuentro comenzaba con un debate "para escuchar a cada uno de los legisladores" y para que "el país conozca si existen sustentos legales para que la sesión de hoy se pueda instalar".
"Sin instalar la sesión, se abre el debate para que cada uno exponga al país la posición sobre la grave crisis política que vive el país", dijo Cevallos ante el pleno del Parlamento.
Algo más de veinte diputados alternos ingresaron de madrugada en el Parlamento, pese a que los titulares destituidos les habían advertido que no tenían su autorización para reemplazarlos en la sesión.
Hace dos semanas, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) destituyó a 57 diputados por considerar que obstruían el proceso electoral que comenzó con la convocatoria a una consulta popular para una Asamblea Constituyente, con la que se pretende redactar una nueva Carta Magna.
En el pleno del Congreso estaban presentes tanto varios legisladores no sancionados por el Parlamento como una veintena de alternos, mientras se desconoce el paradero de los diputados destituidos por el TSE.
El debate legislativo comenzó con la intervención del diputado Andrés Páez, de la Izquierda Democrática, quien indico que el país atraviesa por "una de las más agudas crisis institucionales" y está "ante dificultades de orden jurídico".
"La Ley y la Constitución fueron atropelladas en esta misma Cámara por la mayoría de la derecha", indicó Páez, que, tras hacer un análisis jurídico de las acciones del TSE y el Parlamento, opinó que los 57 diputados están "destituidos" y esa decisión se debe respetar.
Paéz defendió el derecho de los diputados suplentes para participar en las sesiones legislativas en representación de los principales, quienes rechazan esa posibilidad.
Mientras los legisladores comenzaban su reunión, cientos de personas se manifestaban, a favor y en contra de los legisladores, en las afueras del Congreso.
Al menos un millar de policías controla la seguridad en el exterior del Parlamento, en el centro-norte de la capital ecuatoriana.
