Dos clientes de los almacenes Harrods, contemplan el monumento en recuerdo de Diana de Gales y Dodi Alfayed, en Londres, Reino Unido, hoy martes 21 de agosto. Se cumplen este mes diez años de la muerte de la pareja en un accidente de coche en París. (EFE)
Los príncipes Guillermo y Enrique, hijos de la malograda Diana de Gales, han encargado la composición de dos oraciones especiales para conmemorar el décimo aniversario de la muerte de su madre, publica The Daily Telegraph.
El encargado de crear los rezos ha sido el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra, Rowan Williams, quien ha sido elegido por los jóvenes príncipes debido al cariñoso homenaje que tributó a Diana tras su muerte.
Las oraciones, que hablan de la "vulnerabilidad" de la princesa y su "voluntad de llegar a los excluidos", se leerán en el servicio religioso que se oficiará en Londres el próximo 31 de agosto, cuando se cumplen diez años del trágico fallecimiento de Lady Di.
El acto se celebrará en la llamada Guards Chapel (la capilla de la Guardia Real), situada en el parque de Saint James, cerca del palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina Isabel II.
Se espera que Guillermo, de 25 años, y Enrique, de 22, participen con varias lecturas en el servicio religioso, al que asistirá la Reina.
También acudirán el príncipe Carlos, heredero al trono, y su segunda esposa, Camilla, a quien Lady Di culpó de la ruptura de su matrimonio con el primogénito de Isabel II.
Por eso, la idea de que Camilla, duquesa de Cornualles, esté presente en tan emotivo acontecimiento ha enojado a los partidarios de Diana, quienes consideran su asistencia un insulto a la memoria de la difunta princesa.
Además, se da la circunstancia de que la duquesa contrajo matrimonio con su primer marido, Andrew Parker Bowles, en la Guards Chapel.
Según el "Telegraph", Camilla ve "terrible" la idea de personarse en el acto, aunque Carlos parece haber insistido en tenerla a su lado para mostrar públicamente la unidad de la Familia Real.
Diana, de 36 años, murió junto a su novio, Dodi Al Fayed, de 42, y el chófer del vehículo, Henri Paul, al colisionar su automóvil contra una columna de un túnel situado junto al parisino puente de Alma, cuando eran perseguidos por varios "paparazzi".
El pasado enero, el Reino Unido abrió una investigación judicial para aclarar las circunstancias de la muerte de la llamada "princesa del pueblo".
La Policía británica ya presentó el pasado diciembre el informe de su propia pesquisa, que concluyó que las muertes se debieron a un "trágico accidente", lo que negaba la teoría de la conspiración esgrimida por el millonario egipcio Mohamed Al Fayed, padre de Dodi.
