Es fácil sugerir lo que hay que hacer, las sugerencias son buenas porque nos mueven a pensar de otra manera, a ver los problemas desde otro ángulo y a plantear las soluciones desde otro punto de vista. Es fácil sugerir, lo difícil es decir el como. En la anterior colaboración mencionaba que es urgente rescatar la planta empresarial, eso es fácil decirlo; quiero sugerir un cómo, varios cómos.
En México tenemos un número suficiente de empresas formales, más de 600 mil activas, este número no es menor al de Corea, Taiwán. España o Australia, países que han tenido éxito en su desarrollo empresarial. Muchas de estas empresas no han sabido -pero pueden aprender-, o no han querido -pero pueden cambiar de actitud- reconvertirse para ser eficientes, por esa razón se han perdido más de 200,000 empresas que generaban cinco millones de empleos difícilmente recuperables.
Si, es urgente que rescatemos a las empresas existentes, modernizándolas, poniéndolas a la altura de las mejores, ejerciendo un nuevo liderazgo empresarial, manteniendo y enriqueciendo los puestos de trabajo que han creado, y al mismo tiempo, generando nuevos empleos. No debemos permitir que una empresa muera, ¡ninguna!. Cuando una empresa muere, se pierde el 80% de los activos contables, se pierde el mercado, se pierde el conocimiento y la experiencia, se pierde la organización y el equipo humano y nada de eso se puede recuperar.
Además de formalizar a las empresas informales, debemos luego facilitarles el camino para que se institucionalicen junto con las empresas que ya están en la formalidad y que todavía no alcanzan esta etapa y después, hacerlas confiables y competentes y apoyar con todo a las pocas de clase mundial que todavía se manejan de forma autónoma.
En México existen menos de 50 mil empresas institucionales y debemos aumentar su numero lo más rápido posible para que pronto tengamos por lo menos el doble. La institucionalización significa delegar la autoridad centrada en la sola y única figura del dueño, para ponerla en manos de un equipo de cuatro o seis gerentes especialistas y después, en una segunda etapa, a un grupo mayor de mandos medios muy motivados.
Tenemos un reto enorme y no podemos hacernos de la vista gorda, hay en México menos de 1,500 empresas certificadas en ISO-9000, eso las hace confiables, pero no deberíamos tener solamente el equivalente al 0.24 por ciento de empresas certificadas; en comparación con España, Corea, Taiwán y Australia, estamos en pañales. Estas naciones tienen en promedio setenta mil empresas certificadas y tenemos que trabajar arduamente para lograr por lo menos lo mismo a la mayor velocidad posible, 12% de empresas certificadas, meta que nos tomaría por lo menos tres años para lograrla. Esto si es un gran reto, generar por lo menos 60 mil empresas confiables. ¿No se puede?. Las empresas se deben convertir en unidades productivas certificadas, avaladas por un tercero en sus procedimientos y estándares de trabajo que hacen que sus procesos sean de la más alta calidad. No se debe temer a la revisión y auditoria del negocio para certificar que se trabaja con calidad.
Actualmente, las empresas consideradas como competentes en México, son menos de mil, estas empresas son competentes porque tienen autodeterminación, son autosuficientes y tienen liderazgo con innovación, además de apostarle a la profesionalización del capital humano. Otras empresas competentes, desaparecieron porque fueron adquiridas por empresas extranjeras perdiendo así su autonomía. México, para ser competitivo, necesita tener por lo menos tres mil empresas competentes conectadas a cadenas productivas. Los empresarios deben ser los primeros en convencerse de que las cosas ya no se pueden hacer como en el pasado y que hay que hacer más esfuerzos por el desarrollo, quienes finalmente pueden convencerlos son sus propios clientes, sus proveedores y sus financieros porque todos ellos están en el mismo barco.
Los empresarios deben aprovechar los servicios de gente que tenga buena experiencia directa en gestión empresarial, en investigación bibliográfica, en análisis académico, en operación de plantas, en comportamiento de mercados y en adaptaciones para implementar en sus empresas prácticas empresariales exitosas. El rescate de la planta empresarial es impostergable.
Comarca Lagunera. Mayo, 2007.
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