A dime a dozen
Llegar tarde, hacer muchas y largas llamadas personales, aparentar que trabajan para en realidad estar con la mente en otro lado, aumentar y hacer mas largas las pláticas en la máquina del café o los pasillos, y extender los minutos de la sobremesa a la hora de la comida son solo algunas de las señales que un empleado envía a su empresa para mostrar que no está contento con su empleo o con la organización.
Un empresario, quejándose de su personal, decía que sus empleados son “de a peso la docena”, significando con ello que se comportan como del montón, conformistas, sin iniciativa. El bajo nivel de compromiso de los empleados, la mayor parte de las veces es en realidad un problema ocasionado por la propia empresa. O se equivocó al seleccionar a su personal o sus gerentes y personal directivo no han sabido hacer bien su trabajo para motivar el ánimo, entrega y entusiasmo de sus colaboradores así como sus resultados. Pero, no todo está perdido ni el Gerente está solo ante este problema; tiene en sus manos el material con el cual construir y sobretodo restituir el compromiso, la cooperación y el involucramiento de su gente. Un empleado molesto es símbolo de uno o varios problemas, representa una oportunidad de mejora; un empleado molesto es un punto de partida, representa un nuevo rumbo que tomar o el reajuste pendiente que no habíamos tenido tiempo de implementar.
Cuando un empleado está molesto puede ser por alguna de las siguientes causas:
Falta de oportunidades de desarrollo.
Falta de las herramientas indispensables para realizar eficientemente su trabajo.
Falta de reconocimiento.
Falta de información.
Entorno que no fomenta la participación de todos.
Problemas familiares y/o económicos.
Stress por todas las razones anteriores.
Todas ellas son una oportunidad para crear identidad y sentido de pertenencia, y la clave estará en lo que el Gerente haga con dicha información. El Gerente solo será el absoluto responsable en el caso que ignore éstas y otras acciones con la misma intención de no hacer algo al respecto.
Lo primero que se debe hacer es generar el espacio de diálogo con el colaborador y demostrar que su mensaje ha sido recibido. Puede ser que él no esté consciente de esto, por lo que se deberán tener a la mano algunos ejemplos de comportamientos que lo refuerzan. Sin etiquetar ninguna conducta deberás preguntar abierta y claramente si existe algo en particular que lo distrae de cumplir con sus actividades como antes lo hacía. Sería un error esperar que el empleado inmediatamente se abra y describa todo aquello que lo molesta, si tenemos esa suerte, debemos aprovecharla de inmediato.
Debemos escuchar a atentamente lo que el colaborador desea compartir sin interrumpirlo. Se deben tomar notas para analizar las ideas que él ha expresado y discutirlas momentos después.
Debemos preguntarle si él ha identificado la forma de poder modificar aquello que le molesta, es importante que él participe en la solución. De no ser, debemos pedirle que trate de localizar algunas ideas para cambiar y comprometerse con él para realizar lo mismo desde nuestra posición. Debemos también identificar con él diferentes acciones viables adicionales para trabajar y establecer compromisos de ambas partes.
No debemos cerrarnos al primer momento con las propuestas que al parecer resultan descabelladas o ingenuas, conviene pedirle que explique mejor y describa como pueden sus sugerencias hacerse realistas y viables. Planear con él una segunda sesión para poder medir el avance de las acciones así como el impacto logrado. Agradecer su participación y alentarlo a trabajar en los compromisos establecidos. Y no olvidar el hecho de reconocer aquello que está haciendo bien y que lo distingue de los demás para que continúe haciéndolo.
Recordar que siempre es importante mantener una comunicación abierta y cordial con todos los colaboradores, necesitamos de su compromiso pleno para cumplir con los objetivos del área. Un equipo motivado siempre dará resultados sorprendentes y juntos elevarán los resultados generales y la imagen de la empresa. No debemos tener empleados que se comporten como si fueran (como dicen los gringos) empleados de “a dime a dozen”.
Comarca Lagunera. Noviembre, 2007.
Correo electrónico: jgonzalez2001@hotmail.com
