Por tercera noche consecutiva, grupos de jóvenes incendiaron vehículos en barriadas de las afueras de París, pero los disturbios eran menos intensos que en las dos noches anteriores, indicaron en la Prefectura de Val d'Oise.
En las primeras horas de la noche "algunos" vehículos habían sido incendiados y hubo siete arrestos en Villiers-le-Bel y localidades colindantes del departamento de Val d'Oise, al norte de París, agregaron las fuentes.
El dispositivo de seguridad ha sido reforzado "de forma importante", precisaron sin querer revelar el número de efectivos antidisturbios desplegados.
Durante una visita hoy a Villiers-le-Bel, donde comenzaron los disturbios el domingo tras la muerte de dos adolescentes que circulaban sin casco en moto y colisionaron con un coche de patrulla de la policía, el primer ministro francés, François Fillon, había anunciado el reforzamiento de la seguridad para esta noche.
Un estado mayor de crisis, dirigido por un alto cargo policial, ha sido instalado en la localidad.
Mañana, a su regreso de un viaje oficial a China, el presidente, Nicolas Sarkozy, ha programado una reunión sobre la seguridad, con la participación de Fillon y las titulares de Interior y Justicia, entre otros.
La ministra de Interior, Michele Alliot-Marie, dijo que había dado nuevas consignas a las fuerzas del orden: "tomamos medidas de prevención con una presencia policial fuerte", declaró la ministra en la televisión "France 2".
Precisó que iba a acudir esta noche a Villiers-le-Bel para aportar su "apoyo a los bomberos y los policías que hacen un trabajo difícil y arriesgado".
En los disturbios de anoche en Villiers-le-Bel y localidades vecinas 82 policías resultaron heridos.
El uso de armas de fuego por los jóvenes en los enfrentamientos con las fuerzas del orden ha sembrado la alarma entre las autoridades y la policía.
Varios sindicatos de policía advirtieron de que, por ello, la situación era "peor" que en la ola de violencias que asoló cientos de barrios conflictivos de la periferia de París y otras ciudades de Francia durante tres semanas en el otoño de 2005 y que llevó al Gobierno a decretar el estado de emergencia.