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CONTRALUZ / CUENTOS Y CUENTAS

Ma. del Carmen Maqueo Garza

Vivir en un mundo globalizado, altamente competitivo, no es tarea fácil para el espíritu, que ha de abrirse paso en la eterna disyuntiva de crecer cuando muchos elementos del medio lo conminan a anularse, en razón de otro tipo de intereses.

Si nos descuidamos nos va llevando la corriente, comenzamos a sentirnos más o menos según lo que tengamos, lo que aparentemos o lo que podamos influir sobre otros. Los medios informativos hacen lo suyo con las descargas subliminales que a diario nos dejan caer, y llega un punto en el cual nos cuestionamos si realmente está valiendo la pena vivir.

La semana que recién termina ha sido la dedicada a Zhenli Ye Gon; el chino de los millones chocarreros ha sido convertido en estrella. En los diversos medios de comunicación aparece la imagen pulcra y serena de un alto ejecutivo que niega repetidamente que las toneladas de billetes verdes encontradas en una de sus múltiples residencias sean de su propiedad, o provengan de actividades ilícitas. De alguna manera el mensaje es doble; vaya, recuerdo cuando en 1992 capturaron a Abimael Guzmán cabecilla del grupo “Sendero Luminoso” del Perú, lo presentaron en una especie de jaula, lucía gordo, desaliñado, con su traje de presidiario, esposado de manos y pies, era más compatible con el esquema mental que asociamos a la delincuencia. En cambio este prototipo de empresario chino exitoso nos manda una señal contradictoria por redes neuronales que sortean las vías del juicio y la lógica, y alguna parte de nuestro sistema de percepción, que escapa a la capacidad crítica del lóbulo frontal, emite una secreta admiración por la imagen, y lo que hemos aprendido que representa. Situación que se vuelve aún más grave cuando son nuestros niños y jóvenes quienes resultan impactados, no con los delitos que se le imputan al chino, no con el daño potencial que la droga pagada con ese mundo de billetes puede hacer. No, su joven mente queda impactada con lo que un simple puño de aquellos billetes podría proporcionarles a ellos, suena lógico ¿no?... Por algo el buen gobierno de la persona comienza un nivel por encima de nuestras cabezas, y es el faro de luz que nos corresponde a nosotros, los adultos de hoy, mantener encendido con el propio ejemplo.

Pero en fin, en un mundo que nos presenta estos productos publicitarios (imágenes, argumentos, sugerencias), sin la intervención del espíritu nos sentiríamos como un acento extraviado en una blanca cuartilla, solos, inútiles y abatidos. Pero a través de la óptica del espíritu, las cosas comienzan a dimensionarse de un modo dignificante y enriquecedor.

El cristianismo llegó a México hace casi quinientos años; de alguna manera los primeros misioneros dominicos utilizaron el esquema de pensamiento del pueblo prehispánico para insertar la doctrina traída de Europa que hablaba de un padre bueno; paulatinamente se fue dando un sincretismo que subsiste hasta la actualidad. Sus manifestaciones más floridas están en el centro y sur del país, pero en cierto modo dentro de cada uno existe el concepto de un dios que da o quita, frente al cual hay que pedir o tratar de negociar: Acudimos en la hora de la necesidad y lo negamos cuando todo nos sonríe; o bien condicionamos nuestras peticiones: “Te prometo que si tú me haces el milagro yo te doy tal o cual cosa...”.

Volviendo al “cuento chino” que nos impulsa inadvertidamente a admirar a un supuesto gran delincuente por su fina estampa, y a sentir que nada somos por no poder llenar ni una lonchera escolar con billetes de veinte pesos:

Comienza a contar tus bendiciones desde que abres los ojos por la mañana; tienes vida, tienes salud, al menos la suficiente para poder incorporarte y empezar el día. Tienes oídos con los cuales te conectas al mundo, escuchas el agua caer o te sobrecoge el trino mañanero de los gorrioncitos. Tienes un plato con comida; estás cómodo y limpio; tuviste un sueño reparador; cuentas con un espacio que es solamente tuyo, tu espacio vital. Más allá existe alguien que está pendiente de ti, alguien para quien eres importante en las buenas y en las malas, ¡qué maravilla! Cuentas con veinticuatro horas para renovar tu proyecto de vida; tienes la libertad para decidir cómo invertir tus recursos, cómo plantar tus huellas; hoy se te da la ocasión de cambiar ese pedazo de mundo que es tu parcela personal. Ojo, éstos son los regalos correspondientes a los primeros minutos desde el amanecer, ¿seguimos contando a lo largo del día nuestras bendiciones?... ¡Mejor comenzamos a dar gracias a Dios, y dejamos de andarle haciendo al chino!

maqueo33@yahoo.com.mx

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