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Contraluz / LAS DOS CARAS DE LA LUNA

Dra. Ma. Del Carmen Maqueo Garza

El mundo está compuesto por individuos pobres y ricos. Ello no tiene nada que ver con sus depósitos bancarios, es simple cuestión de perspectiva.

La mitad del mundo se siente pobre porque no tiene todo lo que quisiera; ya con algo que le falte se considera infeliz. En cambio la otra mitad vive dichosa, sabe que lo que tiene es un regalo de Dios y lo encuentra suficiente.

La mitad del mundo vive pensando en cómo hacer más dinero al grado de perderse en sus afanes, esclava de las posesiones materiales. La otra mitad sabe que la vida es una senda, y que quien lleva la mochila ligera disfruta más de la marcha.

La mitad del mundo vive anclada por viejos rencores que llama “amor propio”. La otra mitad del mundo sabe reír; evita ir cargando pesados fardos, y su marcha es ágil y divertida.

La mitad del mundo considera que la vida ha sido muy injusta con ella. Siempre habrá alguien a quien culpar por la mala suerte y contra quien sentir ira y odio. La otra mitad se da cuenta de que todos somos humanos, y que es de sabios perdonar y olvidar.

La mitad del mundo derrocha bienes materiales en un día especial para manifestar a los demás cuánto los aprecia, aunque quizás el resto del año se contradiga a través de sus hechos. La otra mitad sabe que el amor es como el sol: Siempre está presente, cumple su función, y no espera que ninguno le agradezca por ello.

La mitad del mundo aguarda los grandes momentos para emprender acciones heroicas en favor del amigo y recibir el aplauso de las multitudes. La otra mitad sabe que el valor de una buena acción radica precisamente en su generosa discreción.

La mitad del mundo habla y habla, muchas veces irreflexivamente, y utiliza la palabra de manera ociosa para encauzar sus propias frustraciones. La otra mitad, alegre y con la verdad en la mano, más que hablar canta a los cielos y contagia al viento con su música.

La mitad del mundo tiene gran apego a sus bienes materiales, tanto que sufre temiendo que algo le suceda a alguno de ellos. Al final de la vida, cuando rinda cuentas, comprenderá que sus afanes fueron estériles. La otra mitad del mundo comparte gozosa lo que tiene, poco o mucho en lo material, pero lo hace desde el corazón.

La mitad del mundo cuando ora pide, pone condiciones y espera milagros para creer en Dios. La otra mitad del mundo podría orar durante el día entero sin terminar de agradecer al Señor todas y cada una de las bendiciones.

La mitad del mundo encuentra en su amigo un hermano y se siente más que afortunado. La otra mitad desconfía de todos, al grado de encontrar en su hermano un enemigo.

Hay quien vive como la zorra, astutamente, listo para sacar ventaja personal de los hechos. Hay quien lo hace como el ave canora, dándose a los vientos, sin saber a dónde irán a parar sus cantos.

La mitad del mundo espera y se siente defraudada. La otra mitad da, y siempre se siente recompensada.

Unos quieren llevar la batuta por la fuerza y fracasan; otros son líderes naturales, sus huellas marcan el andar para los otros.

La mitad del mundo mira al cielo, respira hondo y emite una sonrisa cada mañana. La otra mitad se ahoga entre el humo del tabaco, la náusea de la embriaguez y el hastío del sexo por la noche...

...El primero se siente vivo y es feliz cada día. El segundo se siente muerto e intenta resucitarse muriendo más cada noche.

La mitad del mundo supone que la pobreza es no tener nada. La otra mitad sabe que la riqueza es no necesitar más de lo que se tiene.

La mitad del mundo busca ser feliz más allá de la propia persona. La otra mitad ha aprendido a hallar felicidad partiendo de sí misma, hacia los demás.

La mitad del mundo vive renegando del trabajo; lo encuentra como un fastidio y lo hace de mala gana. La otra mitad halla en el servicio la mejor forma de mantenerse activa, de plantearse nuevos retos y crecer.

La mitad del mundo respira, se alegra, goza, y vive; para él la vida es un paraíso salpicado con pequeñas dificultades. La otra mitad está como muerta en medio del desierto de su propio aislamiento.

Los eternos opuestos: día y noche; calor y frío; amor y desamor: A cada cual es dado elegir su propia cara de la luna...

maqueo33@yahoo.com.mx

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