Homicidas populares y gruperos milagrosos
Cuando la tragedia que involucró a las familias Peña Coss y Santoy Riverol parecía olvidada, volvió a acaparar la atención de los medios al llevarse a cabo el careo entre el presunto asesino y sus acusadoras.
Aunque a los homicidios les han dado seguimiento periodistas reconocidos -como Adela Micha cuando se sintió la reencarnación de Truman Capote y entrevistó a Santoy desde prisión- también han sido discutidos en programas como La Oreja y Con Todo. El caso, que conmocionó desde el principio a la opinión pública, se ha convertido en algo tan trivial que hasta los seudo periodistas de espectáculos se sienten con autoridad para emitir juicios sobre los involucrados.
Mientras presentan cápsulas en las que se puede apreciar la impotencia de las hermanas Peña Coss al ser interrumpidas constantemente por el acusado, aparecen mensajes instantáneos de mujeres -en su mayoría adolescentes- que confían en la inocencia del ?asesino de Cumbres? y están dispuestas a defenderlo a capa y espada. Anteponen la apariencia física de Santoy a las evidencias que lo incriminan. Lo mismo ha pasado con otros homicidas famosos como los hermanos Menéndez, quienes leen cartas de amor y propuestas matrimoniales desde las celdas donde cumplen condenas por el asesinato de sus padres.
Lo cuestionable no es que el homicidio de los niños Peña Coss se haya convertido en un fenómeno mediático. Eso era lógico al ser los protagonistas de esta historia universitarios de cierta posición social. Lo preocupante es que alrededor de Diego Santoy se integren clubes de fanáticas y se haya puesto en marcha un aparato de mercadotecnia clandestina que incluye películas, artículos promocionales, blogs.
Y no es la única situación que lleva a reflexionar sobre las características y prioridades de la sociedad actual. La Oreja y Con Todo también están cubriendo la noticia de los supuestos ?milagros? de Valentín Elizalde.
Por increíble que parezca, la idolatría que algunas personas sienten hacia el desaparecido cantante hace que le pongan altares y le pidan favores de todo tipo. Aseguran que se los ha cumplido y su espíritu se está apareciendo para compartirles mensajes del ?más allá?.
A estas creencias se suman los irresponsables comentarios de Flor Rubio -jefa de información de La Oreja- en el sentido de que el llamado ?Gallo de Oro? murió ?casi como mártir, por haberse ido en la plenitud de su vida y de esa manera tan trágica?.
Lo cierto es que todo lo que gira alrededor del desafinado grupero huele a dinero. A mucho dinero. Si no pregúntenle a su hermano, ?Chico? Elizalde, que está arrasando en todas las plazas que visita. A lo mejor también a él le concedieron un milagro.
soozbaez@yahoo.com