En un año, Valentín Elizalde pasó de ser un cantante exitoso a un mito. Internet, la nueva memoria colectiva, registra el sustancioso aumento de popularidad del intérprete sonorense. (El Universal)
Morir joven, con éxito y en una tragedia, han contribuido a que ‘El Gallo de Oro’ se vuelva una leyenda
MÉXICO, DF.- En un año, el fallecido cantante Valentín Elizalde pasó de ser un cantante exitoso a un mito. Internet, la nueva memoria colectiva, registra el sustancioso aumento de popularidad del intérprete sonorense.
El buscador Google registra que en 955 mil sitios de internet aparece su nombre; en You Tube hay 2 mil videos sobre él desde fragmentos de su última actuación en Reynosa, Tamaulipas, donde fue asesinado el 25 de noviembre de 2006, hasta el polémico video de su autopsia, tomas de su camioneta baleada, escenas de su cortejo fúnebre, videos, imágenes musicalizadas y homenajes.
El nombre de Pedro Infante aparece en 900 videos y 2 millones de páginas web, aunque es la texana Selena la que rebasa las marcas con más de 12 millones de sitios y 7 mil videos en los mismos buscadores. El psiquiatra y terapeuta Mario Alberto Aguilar asegura que tras la muerte de una persona pública en situaciones trágicas, opera un “mecanismo de idealización” que genera una figura mítica.
“Cuando alguien muere de manera abrupta, en un momento en que todavía puede ser muy productivo en el área que se trate, se conforma una fantasía colectiva alrededor del personaje, se le idealiza. Los humanos funcionamos a través de ídolos o ideales, a los que les ponemos categorías o características a veces suprahumanas, porque necesitamos tener a alguien que nos ponga un parámetro para mejorar y superarnos”, explica.
Compartir con otras personas la necesidad, genera el mito. “Se comienzan a colocar acciones o circunstancias que tal vez no fueron ciertas, pero al repetirlas de voz en voz se va construyendo una novela mítica o el mito que representa a quienes se sienten identificados”, señala el médico.
Morir joven, en etapa de éxito, con una historia de pobreza, en un género popular y una muerte prematura, han contribuido al mito del “Gallo de Oro” y el mecanismo se repite con otras figuras del ámbito artístico.
Lo que ha pasado tras la muerte de Valentín Elizalde es un fenómeno. “En un año se han vendido tres millones y medio de discos entre México y Estados Unidos de toda su discográfica”, señala José Luis Marín, gerente de producto de Universal Music, compañía disquera con la cual el cantante lanzó sus últimos ocho discos en vida.
En México, hasta mediados de noviembre se habían vendido un millón 100 mil copias de todos sus títulos. “Después de vender mucho durante diciembre y enero, las ventas bajaron de repente en marzo”, recuerda personal de ventas de la disquera. Dos días después del fallecimiento de Valentín Elizalde, un lunes, las ventas de los discos subieron a las nubes.
“Los pedidos de un cliente que eran de 200 unidades, pidieron cinco mil y hasta 10 mil, las cadenas de tiendas hasta 40 mil del catálogo, la venta se disparó de manera inesperada. Como llegaban los discos a las tiendas se desplazaban, había personas que pedían 10 piezas del mismo título”, señala.
Vencedor, es el álbum más vendido (con alrededor de 375 mil copias durante este 2007 tan sólo en México) “porque trae el corrido polémico”, explica Marín, en alusión al tema A mis Enemigos, el cual asegura la leyenda urbana, fue motivo para que fuera asesinado. “Entró (a cantar) con una canción con la que no entraba, fue todo”, señala su hermano Jesús “El Flaco” Elizalde, quien descarta que este haya sido el motivo por el cual fuera abatido su hermano a balazos.
Un ex colaborador de Elizalde que prefiere mantenerse en el anonimato, señala que el tema fue escrito a petición del intérprete mientras grababa Vencedor. “Le dijo al compositor que quería algo para burlarse de todos los que lo envidiaban, en especial para Lupillo Rivera y El Coyote”, señala y descarta que su origen haya sido mandar mensajes a narcotraficantes.
La versión que más ha sido impulsada por quienes conocieron a Elizalde es que éste se negó a asistir a una fiesta privada a la que había sido invitado tras cantar en el palenque de la Feria de Reynosa, pero todo se mantiene como una leyenda urbana.
A casi un año de su muerte, a Valentín Elizalde le han salido imitadores por decenas. Estimaciones de su disquera señalan que por lo menos hay 50 “nuevos cantantes de apellido Elizalde”. Su hermano Francisco “Chico” Elizalde afirma que el asunto te provoca risa.
“A la gente no la haces tonta, saben quiénes son los Elizalde y hay mucha gente que se quiere aprovechar, pero ellos solitos se ‘queman’. Sería una flojera demandar a todo el que se ponga el apellido, ellos solos irán para abajo”, explica el hermano del “Gallo de Oro”.
José Luis Marín apunta que no se puede emprender ninguna acción legal “mientras no te pongas el nombre Valentín Elizalde o el sobrenombre del ‘Gallo de Oro’ no podemos hacer nada”, enfatiza, incluso hay algunos como Chayito Bojórquez Elizalde y “El Güero” Elizalde, que afirman haber pedido a Valentín autorización para tomar el apellido y la misma respuesta recibieron: “el sol sale para todos”, pero Camila Valencia, madre del intérprete ha pedido a varios respetar su memoria y quitar el apellido de su nombre. “El Güero” es uno de los pocos que ha cedido y ya se presenta como “El Güerito” de Guasave.
Por otro lado, el legado económico de Valentín Elizalde, por lo menos en lo referente a las regalías de sus discos, está resuelto. Las tres hijas del cantante serán las herederas universales. “Ya las madres de sus hijas se unieron y manejan con un abogado y Susy Rincón es la albacea para administrar las regalías”, concluye José Luis Marín.
