En menos de 24 horas las supuestas 15 toneladas de pseudoefedrina decomisadas en el puerto de Manzanillo, Colima, se convirtieron en sólo casi dos toneladas de este precursor químico, que fue enviado desde los Emiratos Árabes Unidos y detectado cuando se pretendía introducirlo ilegalmente entre sacos de carbonato de calcio, elaborado en Irán.
La Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Marina, emitieron ayer un comunicado conjunto, para informar que después de realizar las pruebas periciales a la sustancia y del pesaje del cargamento, sólo 112 sacos contenían pseudoefedrina, con un peso total de mil 997.6 kilogramos.
No obstante, la noche del lunes, el Sistema de Administración Tributaria (SAT) dio a conocer información distinta sobre el contenido del cargamento, detectado el sábado pasado.
Detalló que la carga señalada como carbonato de calcio, consistía en 514 costales de 30 kilogramos cada uno, “y aunque algunos sí correspondían a este producto, la mayor parte fue monitoreada para conocer la composición real”.
Incluso en su comunicado la dependencia aseguró que “gracias al trabajo de Inteligencia aduanera realizado por la Administración General de Aduanas”, en coordinación con autoridades como la PGR, el decomiso era “un duro golpe para las redes del crimen organizado interesadas en ingresar mercancías que afectan la salud pública y la seguridad nacional”.
Sin embargo, resultó que el cargamento de pseudoefedrina, después de que se dio intervención al Ministerio Público de la Federación, no llega a las dos toneladas de esta sustancia, cuando el decomiso histórico de este precursor químico es de 19 toneladas, detectadas en diciembre de 2006 en el puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, que fueron traficadas por Zhenli Ye Gon.
Las casi dos toneladas de pseudoefedrina, fueron detectadas también por personal de la Armada de México, de la Sexta Región Naval, quienes apoyaron a la Inspección Fiscal Aduanera del puerto de Manzanillo.
Al respecto, la Secretaría de Marina detalló que su personal trabajó en “la apertura y revisión de contenedores provenientes de Busan, Corea del Sur, a bordo del buque de contenedores Clan-Tan-Gun de bandera liberiana, mismo que continuó su navegación con destino a Puerto Quetzal, Guatemala”.
Durante la revisión se localizó el contenedor, que presuntamente contenía carbonato de calcio, en sacos con la leyenda “Omyacarb- Made in Irán”, que es una marca registrada, que es distribuida por unas cuantas empresas en México, por lo que la PGR ha abierto una línea de investigación en torno a la compañía que importó la sustancia, que es utilizada en tuberías de PVC, adherentes, selladores, cerámica y pintura entre otras aplicaciones.