Los malos hábito en la juventud que hacen que se pierda la tranquilidad en el municipio son culpa de las autoridades y los padres, afirma la Iglesia.
VICENTE GUERRERO, DGO.- Inseguridad, policías corruptos y padres solapadores facilitan la entrada a los enviciadores para envenenar a los adolescentes y jóvenes de esta región, admiten las autoridades civiles y clericales.
Aumentan la delincuencia juvenil y el narcomenudeo, ya no respetan ni los templos, donde hasta las limosnas se roban y los muros los han utilizado para el graffiti, sin que las autoridades logren impedirlo.
Al respecto el presbítero Simón Pedro Gurrola Ibarra, párroco del Templo San Antonio de Padua, lamenta los últimos hechos en que robaron y graffitearon este lugar de oración; desde entonces, el presidente municipal, Bernardo Nevárez Guzmán, se comprometió a reforzar la vigilancia, de 21:00 a 06:00 horas, pero solamente lo hizo dos días.
La población está en manos de los delincuentes, falta eficientar la seguridad pública en Vicente Guerrero, es el principal reclamo de la ciudadanía, afirma el párroco.
“Los padres de familia no deben olvidar su responsabilidad de velar por el cuidado y formación de sus hijos, añade, sin recurrir a solapar sus travesuras, pues después lo lamentarán; es preferible hacer un alto en el camino y reflexionar sobre la realidad, sin pretextos o justificaciones”.
También señaló la falta de calidad de las escuelas, donde los maestros se dedican más a la política y otras actividades ajenas a su labor docente. Es difícil que cumplan los 200 días hábiles de clases, quizá logran un 60 por ciento, máximo, de acuerdo con los mismos supervisores.
Por su parte, Emilio Rodríguez Granado, director de Seguridad Pública, señaló: “La mayoría de los padres de familia en Vicente Guerrero solapan las irregularidades de sus hijos; a la hora de proceder como autoridad, ellos resultan ser buenos e inocentes; los malos, los patitos feos siempre son los policías”.
De esa manera los policías se desalientan, ven que su trabajo resulta en vano, pues más tardan en detener a un vándalo que éste en quedar en libertad por el influyentismo. Pero también hay padres de familia conscientes que una vez detenidos sus hijos los reprenden y no reinciden, más quienes son solapados comúnmente vuelven a infringir la ley y el Bando de Policía.
Indicó que en Guerrero el narcomenudeo es grave; como preventivos, han puesto a disposición de las autoridades federales a “puchadores”, pero es difícil erradicar ese cáncer en avanzada.
Asimismo, se registraban tres robos en domicilio hace dos meses; hoy han disminuido, gracias a los operativos que realizan, logrando 15 detenciones promedio cada fin de semana.
Las autoridades comentan que el narcomenudeo no se puede combatir de fondo porque dentro de las mismas filas de la Dirección Estatal de Investigación (DEI) hay agentes corruptos, inmiscuidos en el tráfico de drogas.
Se queja la gente ante las autoridades locales, pero no se ven los resultados; se sugiere a las personas enviar de manera anónima sus denuncias a la Federación para proceder, aunque confiesan su temor a las represalias, pues donde quiera hay gente filtrada.
Lamentablemente las consecuencias son graves; es común ver en las noches y madrugadas a los adolescentes y jovencitas a las orillas del río enviciándose sin que la Policía ni padres de familia lo puedan impedir.
Políticos
Los candidatos a la Presidencia Municipal coinciden en su oferta política de mejorar la seguridad pública en Vicente Guerrero, aunque la gente poco o nada cree en ellos, debido a promesas falsas de anteriores administraciones.
Daniel Soto, del Partido del Trabajo (PT), entre sus propuestas destaca la seguridad pública como una prioridad; incluso, considera elemental aumentar el número de policías y capacitarlos con miras de profesionalizar la corporación.
Enrique García también habla de capacitación, instalación de puestos de control, con sistemas de comunicación en todo el municipio, campañas permanentes de participación ciudadana. Antonio Domínguez, del PAN, también promete mejorar el servicio a la población.
A la vez, el párroco Simón Pedro Gurrola Ibarra exhorta a los candidatos cumplir con sus promesas, sin olvidar su origen y gratitud a su tierra, pues hoy andan muy saludadores y comprometidos, pero al llegar al poder se olvidan de todo, hasta de su amabilidad.
