La legendaria agrupación Creedence Clearwater Revival llevó a sus fieles seguidores a un viaje por el tiempo. (Fotografía de Ramón Sotomayor)
El Siglo de Torreón
GÓMEZ PALACIO, DGO.- En el Estadio Rosa Laguna no hubo jóvenes exaltados queriendo brincarse la valla para tocar a sus artistas; tampoco apareció el slam ni los gritos descomunales. El concierto del viernes fue tranquilo pero emotivo, alegre y con los recuerdos más vivos que nunca.
En el momento en que Los Creedence aparecieron en el foro, la gente se olvidó del retraso y comenzó a dejarse llevar por las notas de rock y sonidos country del conjunto.
Eran las 9:35 de la noche cuando comenzó a escucharse el sonido exótico del bayou. El público se dejó arrastrar desde el primer instante por un cúmulo de emociones desbordadas que parecían no tener fin y que provocaron que los “cuarentones y cincuentones” regresaran a sus años mozos; las señoras bailaban en sus lugares olvidándose del qué dirán, los señores cantaban con un legítimo “spanglish” las canciones de sus ídolos, y los jóvenes –que también hubo en buena cantidad- disfrutaban de la música de sus padres.
El recorrido por una nostalgia llena de vitalidad y fuerza arrancó cuando la banda dejó salir de sus instrumentos Born on the Bayou; una fuerte canción de protesta contra la discriminación racial del sur.
El estadio no lució a su máxima capacidad pero los aproximadamente tres mil fans (cifra dada por los organizadores) fueron suficientes para hacer vibrar el recinto deportivo al entonar Green River, así como las clásicas Lodi, Commotion, Who’ll Stop the Rain y Suzie Q, dando la impresión de que había diez mil almas.
“¡Hola Torreón! Estamos muy contentos de estar de regreso”, dijo Stu Cook en inglés, luego comenzó a hablar rápidamente provocando que la mayoría de la gente pusiera cara de “What”.
La agrupación, integrada por los dos únicos sobrevivientes de la alineación original, el baterista Douglas “Cosmo” Clifford y el bajista Stuart Cook, se hicieron acompañar del excelente guitarrista Tal Morris, el virtuoso músico Steve Gunner (teclados, guitarra acústica, percusión, armónica y voz) y el simpático cantante y guitarrista John Tristao, quienes durante una hora y media hicieron un repaso por el repertorio más exitoso de la banda y que por supuesto incluyó sus hits de los 70.
Hey Tonight, Long As I Can See the Light, Down on the Corner, Lookin’ Out my Back Door, When I Was a Little Baby, Cotton Fields, Heard it Through the Grapevine, Mightnight Special, Bad Moon Rising, Proud Mary y Fortunate Son siguieron con el repertorio.
Cuando los ánimos estaban más encendidos los americanos se fueron sin decir adiós eran a las 10:46 de la noche, apenas había transcurrido una hora de show. Los gritos de “ulerooss” no se hicieron esperar ni tampoco el de “Molina”, canción que la gente empezó a pedir desde el inicio del concierto.
Más tardaron en irse que en regresar. El premio a la perseverancia fue Have You Ever Seen the Rain? Éxito de la banda que llegó acompañado de Travelin’ Band y la tan esperada Molina. Ese momento los que habían guardado la compostura la perdieron y se pusieron a bailar también unos pasitos estilo A Go Go.
La fiesta de los recuerdos terminó unos minutos después de las 11:00 de la noche con Run Throught the Jungle y Up Around the Bend. Al salir del estadio todo volvió a la normalidad, incluyendo el tiempo, que durante el concierto se había instalado en la década de los años 70 pero que al terminar regresó al Siglo XXI.
Convivio “sin manos”
Los fans esperaban emocionados el momento en el que el representante del grupo les diera “luz verde” para pasar con los elementos de Los Creedence; finalmente los dejaron ingresar a espaldas del escenario, sin embargo la primera instrucción del manager fue: “ahorita van a salir, sólo pueden acercarse con ellos y tomarse la foto, pero no va a haber saludo de manos ni nada”.
Al principio, los ganadores quedaron desconcertados, sin embargo cuando los artistas salieron todo quedó en el olvido y como niños obedientes se limitaron a pasar de tres en tres, se colocaron junto a los músicos, dijeron “whisky” y se retiraron.
Aún hay más
Al igual que en los otros conciertos, en el de Los Creedence también hubo cosas que vale la pena comentar.
-Los teloneros: la banda de Monclova Old Star Band.
-Los “ganones: como se ha hecho costumbre, las personas que viven a los alrededores del estadio fueron los que tuvieron el mejor lugar, pues además de que escucharon perfectamente el concierto, algunas personas presenciaron todo el show desde las azoteas de sus casas.
-Los souvenirs: tanto al interior como fuera del recinto, hubo puestos donde la gente lo mismo podía encontrar playeras, gorras, tazas o llaveros de Los Creedence.
-Los invitados: alrededor de 20 motociclistas pertenecientes al club Buitres del Desierto le pusieron colorido al evento, ya que colocaron sus motos en el área de cancha.
