Vista de las armas de alto poder incautadas el 23 de abril de 2007 durante un operativo contra el narcotráfico por la PFP. Archivo
Sobresale equipo de tipo militar como granadas de mano y fusiles de alta tecnología.
MÉXICO, DF.- Los delincuentes en México están cambiando las armas convencionales por calibres de alto poder, que incluyen equipamiento de tipo militar, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal. El cambio, se debe en parte, a la facilidad para adquirir armamento en la frontera con Estados Unidos.
En esa zona operan 12 mil centros de distribución de armamento, adicionales a los tianguis de armas que operan en Arizona y en Texas y de donde procede el 70 por ciento de las armas aseguradas en operativos policiacos, que incluyen cada vez armamento de alto poder, de acuerdo con un reporte de la dependencia.
“El aseguramiento de armas muestra una evolución en el uso de calibres de más alto poder, incluyendo equipamiento de tipo militar, como granadas de mano y de fusil, lanzagranadas, fusiles de alta tecnología para francotiradores, del tipo P90 y ametralladoras calibre 50”, indica el reporte.
De enero a julio de este año, la SSP federal aseguró mil 741 armas, 248 por mes, 8 por día, en promedio; de las cuales 895 eran cortas y 846 largas. En el mismo periodo, fueron detenidas 842 personas por violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
En el sexenio de Vicente Fox ingresaron más de 4 millones de armas de fuego, pero sólo 8 mil 88 fueron aseguradas a los cárteles y la delincuencia organizada. Lanzacohetes, rifles de asalto AK-47 y AR-15, ametralladoras barrel calibre .50 y fusiles como los que se pueden comprar en Arizona.
En respuesta a este fenómeno, la SSP tiene en proyecto, junto a la Secretaría de Hacienda, la instalación de unidades mixtas en la zona fronteriza en las que se coordinarán policías federales y de la Inspección de Aduanas para detectar cargamentos de armas, drogas u otros productos ilícitos.
Elena Azaola, coordinadora de la Red de Especialistas en Seguridad Pública, consideró que el combate al tráfico de armas debe incluir una mayor coordinación con el Gobierno estadounidense, ya que los controles actuales en ambos países son muy débiles.
“Los mecanismos de control no son eficientes, y el hecho de que la venta de armas sea legal en Estados Unidos está impactando seriamente en la violencia que se genera no sólo en la frontera sino en todo el país”, explicó.
