Cristina Fernández de Kirchner se convertirá en la presidenta que asume con mayor poder en la historia de Argentina, pues contará con una mayoría contundente en el Congreso y en los gobiernos locales.
La esposa del mandatario saliente Néstor Kirchner iniciará el próximo lunes su gestión gubernamental con una comodidad nunca antes vista en la historia republicana argentina, y a sólo seis años de la peor crisis política, social y económica del país.
Durante la mayor parte del Siglo XX, Argentina vivió una serie de golpes militares que interrumpieron los escasos periodos democráticos que vivió el país sudamericano.
Desde que en 1983 terminó el último gobierno militar, el presidente con mayor popularidad había sido Carlos Menem, pero ni siquiera él contó con un Congreso tan afín y con una oposición tan desdibujada como la que tendrá Fernández de Kirchner.
La hasta ahora primera dama ganó la Presidencia de Argentina el pasado 28 de octubre, al obtener 45.24 por ciento de los votos en las elecciones generales.
En esa jornada comicial, el oficialismo ganó además 69 de las 130 diputaciones y 13 de las 24 senadurías que estaban en juego, con lo que incrementó de manera sustancial su peso en el Congreso.
Gracias a este resultado, el llamado 'kirchnerismo' tendrá un total de 153 bancas de las 257 que hay en la Cámara Baja, en donde 129 ya alcanzan para hacer quórum y aprobar leyes por mayoría simple.
En el Senado, en tanto, habrá 44 legisladores afines al gobierno, un número más que suficiente si se toma en cuenta que sólo se necesita el respaldo de 37 miembros para controlar los debates y lograr la aprobación de leyes.
Además, la suerte parece estar del lado de Fernández de Kirchner, porque la fuerza que ganó el segundo lugar en las elecciones, encabezada por Elisa Carrió, se dividió después de los comicios de octubre y tendrá bancadas diferentes en el Congreso.
La alianza electoral que postuló a Carrió ganó 20 diputaciones, de los cuales sólo 12 legisladores se mantienen leales a la ex candidata porque ocho armaron un bloque parlamentario propio.
Otro motivo de tranquilidad para la ex senadora es que la concertación de partidos que la impulsó a la Presidencia de la República gobernará en 20 de los 24 distritos electorales en los que está dividido el país.
El oficialismo sólo tendrá opositores en Buenos Aires, donde a partir del domingo gobernará Mauricio Macri, un acaudalado empresario que desde la capital del país aspira a posicionarse como candidato presidencial para las elecciones de 2011.
Fernández de Kirchner tampoco contará con el apoyo de los gobernadores de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá; de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, y de Santa Fe, Hermes Binner.
Pero con Ríos y Binner, la próxima gobernante argentina tiene una serie de coincidencias que hacen prever que en algún momento podrán aliarse al gobierno federal o, por lo menos, no confrontarlo con fuerza.