POR RICARDO RUBÍN
RODAS, LA ISLA DEL COLOSO
La isla de Rodas, en el mar Egeo, nació con la mitología. Según nos cuenta Píndaro, cuando Zeus derrotó a los gigantes decidió repartir la Tierra entre los dioses del Olimpo, pero se olvidó de darle su parte al dios Sol. Este se quejó de tal injusticia y entonces Zeus le prometió que toda la tierra que brotara del mar sería para él.
Mientras hablaban, del mar azul emergió un hermoso trozo de tierra cubierto de flores. Era la isla de Rodas a la que el Sol bañó con su propia luz haciéndola la isla más bonita del Egeo. Por eso a Rodas se le llama ?La isla del Sol? y ?La perla del Mediterráneo?.
Desde que el crucero en que se recorren las islas griegas se acerca a Rodas, se puede admirar la belleza de la isla con sus extensas playas de arena blanca, sus pintorescas bahías, su mar azul de profundos abismos, sus casas de paredes blancas y techos de teja roja. Ya en tierra, se maravilla uno ante extensas zonas de conchas y residuos marinos petrificados, su Valle de las Mariposas y el parque Rodini, donde viven y se reproducen preciosos pavos reales, y sus extensos viñedos.
Rodas es una isla pequeña, de apenas 1,400 kilómetros cuadrados de extensión, 18 de largo y 38 en su parte más ancha. Es una isla turística, pero sus habitantes, siempre alegres, se dedican también a la pesca, a sacar esponjas del fondo del mar, y a la confección de artesanías. En cualquier tienda se pueden encontrar vasijas, monedas y figuras de barro y de metal que los comerciantes aseguran fueron sacadas del fondo del mar y de algunos barcos que naufragaron y en los que navegaban personajes mitológicos Todo es leyenda allí, todo es magia, y flota en el ambiente un aliento inenarrable que procede de los dioses del Olimpo.
Rodas tuvo en la antigüedad una de las universidades más famosas, donde estudiaron arte y letras figuras como Cicerón, Julio César, Lucrecio, Pompeyo, Tiberio y Casio. Allí nació y vivió Cleovoulo, que gobernó a Rodas durante 40 años y escribió sabias frases que siguen vigentes: ?La medida es el mejor de todos los bienes?, ?Resiste los placeres?, ?Has de tu mente una reina?, ?Evita la injusticia?.
Muchos turistas que van a Rodas creen que van a ver al famoso Coloso que dio fama a la isla, pero ignoran que dicha estatua sólo estuvo erigida durante 66 años, y que se derrumbó durante el terremoto del años 226 antes de Cristo. El Coloso de Rodas tenía una altura de 31 metros, estaba a la entrada del puerto, y le llevó 12 años erigirla al escultor Charis Lindo. Está considerada una de las Siete Maravillas del mundo antiguo
Su construcción está asociada con el largo asedio que hizo a la ciudad Demetrio y sus tropas en el año 305 A.C. Orgullosos por su victoria, los rodios decidieron usar el dinero y las joyas quitadas a los sitiadores para levantar una estatua triunfal en honor del dios Helios. Bajo las piernas separadas de la gigantesca estatua, entraban y salían todos los barcos que llegaban a Rodas. Después que se desplomó, los árabes que asediaban a la ciudad vendieron los restos de la estatua a un magnate egipcio que necesitó 900 camellos para transportar todos los restos de la misma.
En la actualidad, donde estuvo la famosa estatua, hay dos columnas con las figuras de un ciervo y una cierva, símbolo moderno de la ciudad.
Rodas está dividida en dos barrios que se confunden, aunque a uno le llaman ciudad medieval. En toda la ciudad hay mezquitas, museos, palacios, posadas, baños públicos. Las calles Sócrates y Lachitos son dos de las de mayor animación comercial con bazares, mercados al aire libre y bajo techo, tiendas de todo tipo, típicos restaurantes y alegres bares.
Los rodios son gente muy alegre y aprovechan cualquier fiesta para lucir sus vistosos trajes típicos. Bailan sin descanso, cantan y se animan con el buen vino de la isla. Sus fiestas principales son religiosas, las de Navidad y Pascua, el día de la Epifanía o la Asunción de la Virgen.
