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CRÓNICA DE VIAJE

El compositor Tom Jobim con Heloísa Pinheiro, La Chica de Ipanema, a la izquierda, y la hija de ésta, Kiki. Atrás, el famoso bar donde Jobim y Vinicio de Moraes compusieron la canción.

El compositor Tom Jobim con Heloísa Pinheiro, La Chica de Ipanema, a la izquierda, y la hija de ésta, Kiki. Atrás, el famoso bar donde Jobim y Vinicio de Moraes compusieron la canción.

POR RICARDO RUBÍN

LA CHICA DE IPANEMA

El compositor Tom Jobim y su amigo Vinicius de Moraes, grandes bohemios, iban con frecuencia a un bar llamado Veloso, en la calle Montenegro, cerca de la playa de Ipanema, Brasil.

Bebían en ese bar y contemplaban lánguidamente la playa y a las bañistas, cuando un día apareció ante ellos una joven soñada.

Era alta, rubia, hermosa, de movimientos sensuales al caminar, todo un poema, y los dos artistas quedaron prendados de aquella jovencita que sólo tenía 14 años de edad pero con una espléndida hermosura, y muy bonita.

La chica iba a una escuela cercana y aquél se convirtió en su camino habitual, y Jobim y Vinicius la admiraban siempre que pasaba. Y la inspiración les vino un día en forma espontánea, y así nació la canción de estilo bossa nova, La Chica de Ipanema, que en 1962 se convirtió en un hit musical en todo el mundo, y lo sigue siendo.

La canción dice “Oh qué cosa más linda, más llena de gracia camino del mar... Oh qué chica más bella, parece un poema, que he visto pasar...”. La popularizaron, entre muchos artistas más, el saxofón alto de Stan Getz, la voz sensual de Astrud Gilberto, el estilo pausado y la voz inconfundible de Frank Sinatra.

Pero todos se preguntaban si La Chica de Ipanema existía realmente o era una simple inspiración del músico Jobim y del letrista Moraes que tantas bellas canciones habían compuesto juntos.

Y ellos demostraron que sí existía la chica de Ipanema, que existe todavía. Se llama Heloísa Pinheiro, y gracias a la canción que inspiró se convirtió en cotizada modelo y trabajó en programas de televisión.

Jobim la recuerda: “Tenía entonces el pelo largo y de color dorado, unos grandes ojos verdes resplandecientes y un cuerpo fantástico. Digamos que la chica lo tenía todo en el lugar adecuado”.

Heloísa, ahora de más de 50 años de edad, es una mujer de negocios, y junto con su esposo es propietaria de una tienda de equipos de música llamada Ipanema Son, y de una agencia de modelos en Sao Paulo, donde reside actualmente. La chica de Ipanema es madre de un hijo y de tres hijas y se enorgullece de su hija mayor, Kiki, de diecinueve años de edad, que es la nueva chica de Ipanema por haber ganado un concurso de belleza celebrado en Río de Janeiro en 1986.

La calle y el bar donde Jobim y Vinicius de Moraes tuvieron la primera inspiración para su canción inmortal, han cambiado. La calle recibió el nombre del poeta Moraes, y el bar se llama Garota de Ipanema (La Chica de Ipanema), y es muy visitado por los turistas.

Ipanema está al sur de otra famosa playa, Copacabana, y ha crecido mucho. Sobre las playas se proyectan las sombras de altos edificios, condominios, grandes avenidas congestionadas de tránsito. Pero en sus playas hay calor, cuerpos hermosos tendidos en la arena y recibiendo el sol, y sobre aquel ambiente lánguido siempre se puede escuchar la melodía y la letra nostálgica de la bellísima canción de Jobim y Moraes.

Jobim fue un compositor de renombre mundial. Sus canciones han sido grabadas por grandes cantantes como Frank Sinatra, Perry Como y Sarah Vaughan, y presentó grandes espectáculos musicales en Brasil y en el extranjero.

Vinicius de Moraes, que estudió Derecho en Río y literatura inglesa en Oxford, murió en 1980. Fue autor de varios poemas románticos y de la letra de muchas canciones como las de aquella película inolvidable, Orfeo Negro, filmada en 1959, aunque ninguna de las composiciones de ambos autores alcanzó la fama de La Chica de Ipanema.

Cuando se le pregunta a Heloísa Pinheiro si los hombres siguen suspirando cuando la ven pasar, responde: “A veces, cuando voy por la calle, oigo que alguien silba o tararea la melodía de la canción. Es muy halagador, y me sigue emocionando, incluso al cabo de tantos años. Es una canción bellísima y me recuerda una época muy hermosa, cuando el amor era realmente romántico”.

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