Raúl Castro, presidente en funciones de Cuba, asiste hoy, al acto por el aniversario 54 del asalto al cuartel Moncada, fecha que marca el inicio de la revolución cubana. (EFE)
El líder cubano, Fidel Castro, es el gran ausente del acto oficial en conmemoración del 26 de julio que encabeza su hermano Raúl Castro, presidente provisional del país desde hace un año.
Raúl Castro, de 76 años, vestido de verde olivo y acompañado por tres de los comandantes de la revolución, Ramiro Valdés, Juan Almeida y Guillermo García Frías, ocupó la presidencia de la Plaza de la Revolución de Camagüey, donde les esperaban ya los miembros del Gobierno y numerosos dirigentes del Partido Comunista de Cuba.
Más de 100 mil personas, según fuentes oficiales, participan en el acto convocado en Camagüey para conmemorar el frustrado asalto al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, considerado el inicio de la revolución cubana y la fiesta grande de Cuba.
El diario oficial "Granma" anunció el miércoles que Raúl Castro, que asumió provisionalmente el poder el 31 de julio de 2006 por la grave enfermedad que mantiene a Fidel Castro alejado de la escena política, será el encargado de pronunciar el discurso central del acto.
Raúl Castro tiende "ramo de olivo" a gobierno post-Bush
El presidente interino de Cuba, Raúl Castro, lanzó hoy un "ramo de olivo" a la administración que sustituirá al presidente de EU., George W. Bush, durante el discurso pronunciado en el acto del "Día de la Rebeldía Nacional" en conmemoración del inicio de la lucha revolucionaria.
"La nueva administración que surja (tendrá que decidir) si mantiene la absurda, ilegal y fracasada política contra Cuba o acepta el ramo de olivo que tendimos en el 50 aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cuando reafirmamos la disposición a discutir en pie de igualdad el prolongado diferendo con EU.", recalcó Raúl Castro, en referencia a la oferta de diálogo que lanzó a Washington el pasado 2 de diciembre.
Tras las próximas elecciones presidenciales estadounidenses, concluirá la "errática y peligrosa" administración de Bush, "caracterizada por un pensamiento retrógrado y fundamentalista, que no deja margen al análisis racional", afirmó.
Si las nuevas autoridades norteamericanas dejan de lado la prepotencia y deciden conversar de modo civilizado, "bienvenido sea, si no es así, estamos dispuestos a continuar enfrentado su política de hostilidad, incluso durante otros 50 años si fuera necesario", advirtió Castro.