La actual Miss Universo, Zuleyka Rivera, revela su estado de paz antes de recibir la corona. (Archivo)
El Universal
MÉXICO, DF.- En 1979, al finalizar la ceremonia en la que la guapa venezolana Maritza Sayalero recibió la corona de Miss Universo, un tumulto de reporteros, más el peso de las propias concursantes, hicieron que se derrumbara el escenario.
Anécdotas como ésta y muchas otras han quedado impresas en la mente de las mujeres que han sido reconocidas oficialmente como las más bellas del mundo.
Por ejemplo, para Zuleyka Rivera, la actual soberana, la noche de su coronación “fue muy especial y espiritual. Yo estaba feliz, llena de paz y tranquilidad. Todo fluyó como debía ser y creo que todo estaba de mi parte”.
Para recordar
En la ciudad de Panamá, en 2003, la dominicana Amelia Vega estaba tomada de la mano de Mariángel Ruiz Torrealba (Miss Venezuela); ambas estaban muy nerviosas, mientras el conductor lentamente abría el sobre con el nombre de la nueva Miss Universo.
La mente de Amelia apenas podía detenerse; pensaba que ninguna mujer de su país había obtenido el título, mientras sus ojos apenas observaban entre el público a sus amigos y familiares así como a un grupo de compatriotas que gritaban su nombre.
“Entonces oré con fuerza -recuerda- y dije: ‘Dios, si piensas que no estoy lista para lidiar con esta gran responsabilidad, no me la des’ “. Fue entonces cuando la llamaron, como nueva soberana.
“Lo primero que hice fue mirar hacia arriba, persignarme y susurrar ‘Gracias’”. Quien hubiera pedido una noche de coronación más larga es la sudafricana Margaret Gardiner (Miss Universo 1978). A ella le hubiera gustado que los minutos hubieran transcurrido más lento, para recordar mejor lo que sucedió, pues todo fluyó tan rápido, que se le escaparon muchos detalles.
Cambiarían algo
Sin embargo, no para todas las ganadoras esa noche fue de plena felicidad y, si tuvieran oportunidad, cambiarían algo.
La brasileña Martha Vasconselos (Miss Universo 1986) pediría más comprensión de su padre. Ella fue criada en una familia muy conservadora y de muy buena posición económica, por lo que el señor Vasconselos no estaba muy contento con el hecho de que su hija hubiera participado en el certamen. La ex reina ha señalado que si en lugar de coronarse hubiera obtenido un premio a la excelencia académica, su padre habría estado muy orgulloso de ella, pero le ha recriminado constantemente el que haya participado en un concurso de belleza.
Quien también quisiera cambiar algo de esa noche fue la representante de Trinidad y Tobago, Wendy Fizwilliam (Miss Universo 1998), pues aunque nadie se dio cuenta, ella se sentía muy incómoda con los aretes que llevaba puestos porque, en su opinión, eran muy grandes. La guapa ex reina recuerda que le pidió muchas veces otro modelo a su amigo y estilista que los eligió, pero él insistió en esos. Según Wendy, ellase veía muy mal, porque la corona también era muy grande.
Por otro lado, a la australiana Jennifer Hawkins (Miss Universo 2004) le hubiera gustado tener cerca a sus padres esa noche. Ellos no la acompañaron, pues Jennifer les dijo que no tenía caso un viaje tan costoso (el certamen se llevó a cabo ese año en Ecuador), porque ¡sentía que no tenía probabilidades de ganar!
¿Cómo será la noche del 28 de mayo para la futura soberana?
