El Congreso y el gobierno estadounidenses están revisando la ayuda a Pakistán después que el presidente de ese país, general Pervez Musharraf, declaró el estado de emergencia y reprimió a sus adversarios políticos.
Pero las autoridades estadounidenses están preocupadas de ir demasiado lejos contra un estrecho aliado o de perjudicar su capacidad de perseguir terroristas dentro de sus fronteras.
El gobierno del presidente George W. Bush busca una asignación de 800 millones de dólares para Pakistán en el actual año fiscal. Desde el 2001, Estados Unidos ha suministrado a Pakistán unos nueve mil 600 millones de dólares.
"El presidente Musharraf debe retirar estos decretos de emergencia y volver al régimen constitucional lo antes posible. Y debería hacerlo en un futuro inmediato", dijo a los periodistas el vocero del Departamento de Estado Sean McCormack.
Mientras tanto, la Casa Blanca defendió su actuación.
"Todo empezó hace cinco días", dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca Dana Perino. "Reconozco que parece un largo tiempo para todos nosotros que deseamos una reacción instantánea. Deseamos encarrilar nuevamente a Pakistán por su sendero hacia la democracia".
Un asesor legal de Musharraf dijo el miércoles que Estados Unidos está más preocupado por combatir el terrorismo que ver cómo florece la democracia en el país asiático.
Ahmad Raza Khan Qasuri, procurador de la Corte Suprema de Pakistán, advirtió además a Estados Unidos que "de nuestros amigos esperamos consejos, no dictados. Somos un país soberano".
"¿Pedimos una lista a Estados Unidos. '¿Por qué fueron a Irak? ¿Por qué fueron a Afganistán?"', preguntó retóricamente en el Instituto del Medio Oriente. "Estados Unidos, en lugar de dictados, debería darnos consejos amistosos".
El subsecretario de estado John Negroponte debe prestar testimonio el miércoles acerca de Pakistán ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. No estaba en claro si anunciará cambios a la política estadounidense.
Musharraf impuso el estado de emergencia que considera necesario para impedir que los extremistas islámicos se adueñen del poder. Sus acciones, que incluyen la suspensión de la constitución y la destitución del titular de la Corte Suprema, han suscitado condenas en el Congreso.
El senador demócrata Joe Biden, titular del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, dijo que aconsejó a Musharraf en una conversación telefónica el martes que permitiera las elecciones en enero, según lo previsto, y que repusiera el estado de derecho.
"Me resulta claro de nuestra conversación que el presidente Musharraf comprende las consecuencias para su país y para las relaciones con Estados Unidos si no reencauza a Pakistán en el camino de la democracia", dijo Biden.
La legisladora demócrata Jane Harman, que recientemente visitó el Oriente Medio, dijo que Estados Unidos debería suspender su ayuda militar y económica hasta que Musharraf restablezca las libertades constitucionales y libere a "los miles de paquistaníes encarcelados en los últimos días".
El senador demócrata John Kerry, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, ofrecerá una resolución de condena a las medidas adoptadas por Musharraf.
El representante demócrata John Tierney dijo que el Congreso debería considerar congelar la ayuda no reembolsable a Pakistán, como la armas entregadas a los militares.
El senador demócrata Carl Levin, presidente de la Comisión de Servicios Armados, dijo que examina la partida presupuestaria de defensa para el 2008, que esa negociada ahora con la Casa Blanca, junto con la ley ya existente. El objetivo es respaldar las gestiones de contraterrorismo para que "no minemos, de manera alguna, a las fuerzas democráticas en Pakistán", dijo Levin.