Los bomberos de California siguen trabajando para controlar todavía nueve incendios, una semana después de que se iniciaran veinte al sur de ese estado y casi un millón de personas se viera obligada entonces a huir de sus casas en siete condados.
Los bomberos se mostraron hoy optimistas pese a que las predicciones del tiempo señalan que a partir de mañana se registrará un aumento de las temperaturas.
Los vientos, conocidos como “Santa Ana”, que causaron que el fuego se esparciera por 11 mil hectáreas y destruyera 20 edificios, se han transformado este fin de semana en ligeras brisas e incluso en algunas gotas de lluvia que el sábado cayeron sobre el sur de California.
“Somos cautelosamente optimistas”, dijo ayer Chris Caswell, portavoz de los bomberos del Condado de Orange, quien agregó que nueve incendios restantes están controlados entre un 40 y un 97 por ciento.
Los principales fuegos seguían ardiendo en las montañas de San Bernardino, a 161 kilómetros al este de Los Ángeles, así como en algunas comunidades del Condado de Orange y en las cercanías de San Diego.
Mientras que las llamas avanzan, las autoridades y la Oposición política comienzan a realizar los primeros balances.
El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, visitó este sábado un puesto de mando en el Cañón de Santiago, en el Condado de Orange, para anunciar la disposición de ayudas económicas para aquellos que han perdido sus casas y enseres; advertir de posibles timos y para prometer que se perseguirá a los pirómanos.
Pese a que, en general, las críticas hacia la respuesta de la administración local y central a los hechos han sido pocas, Schwarzenegger respondió a las acusaciones de que hubo tardanza a la hora de permitir a los aviones militares ayudar en las tareas de extinción.
El gobernador advirtió que si fuera de uno “de los que iniciaron los fuegos no podría dormir bien, ‘porque estamos detrás de ti’”, dijo dirigiéndose a los pirómanos de al menos dos incendios que se cree no fueron fortuitos.
