Pierce Brosnan sufrió un percance en la filmación de Matador en la Plaza de Toros México, afortunadamente tenía seguridad cuidandolo.
El cuidado de los famosos requiere más que hombres altos y serios.
Kylie Minogue, la cantante australiana que se dio a conocer con el éxito Can’t Get you out of my Head, estuvo a punto de morir en México mientras filmaba un comercial en Acapulco, pero fue salvada por un connacional.
Resulta que al momento de salir de una locación, un alacrán se acercó sin que ella se diera cuenta y le picó una pierna.
Norberto Nava, encargado de su seguridad, la subió al auto y tomó una de las rutas que anteriormente había trazado en caso de emergencia.
A los pocos minutos ya se encontraba en una clínica, donde se le atendió de inmediato. La experiencia sólo quedó en un susto. Si Kylie no hubiera tenido a una persona especializada a su lado como Norberto, otra hubiera podido ser la historia.
“Son de esos momentos en que la presión no te puede matar. Debes sacar todo lo aprendido en cursos, manejar a buena velocidad, pero con cuidado. Ya tienes ubicado desde días antes el lugar que te puede ayudar en un caso así, nada se puede improvisar”, cuenta Nava.
El entrevistado es directivo de Centurión, una de las empresas especializadas en seguridad y servicios para gente llamada VIP.
Desde su creación, hace ocho años, ha trabajado para filmes extranjeros que se han grabado en México como Hombre en Llamas, con Denzel Washington; Kill Bill con Uma Thurman, y The air I Breathe, con Brendan Fraser.
A diferencia de los guardaespaldas, los de seguridad VIP raramente utilizan armas, pueden mezclarse con la gente sin que ésta se dé cuenta (pues visten y tienen un corte de cabello normal) y se encargan de asesorar a su “Principal” (nombre que recibe el protegido) en lo que puedan.
Por protocolo, cuando son contratados, los responsables de seguridad deben saber quién es su “Principal”, forma de ser y qué hará en México.
Esto requiere, dice Bruno Hernández, otro elemento de seguridad, un trabajo de inteligencia. “Eso te da una herramienta para trabajar mejor. La idea es que no haya sorpresas, que lo que tratamos de hacer vaya con el itinerario, aunque, bueno, siempre hay detalles”.
Una de esas eventualidades se dio en marzo, durante el último concierto del grupo inglés Coldplay. Llamaron por teléfono para avisarle a Hernández que tenía que recibir en el aeropuerto a la actriz Gwyneth Paltrow (Shakespeare Enamorado), esposa del vocalista de la banda, Chris Martin, quien venía con unos amigos.
Jamás se imaginó que esos acompañantes eran los también cantantes Beyoncé, Michael Stipe (vocalista de R.E.M.) y Jay C. Para colmo, se les sumó el mexicano Gael García Bernal.
“Había un momento en que Martin iba a bajar y cantarle una canción a Gwyneth y dijimos: ‘¡Esto va a ser la locura!’”, recuerda Alejandro Juárez, quien se encargó de la seguridad.
“Por unos segundos, nadie del público veía el espectáculo, todo mundo volteaba a vernos, las luces nos iluminaban. En esos casos te organizas en el momento, en esto hay que trabajar bajo presión”, añade Juárez.
En otros casos, las condiciones sociales del país los hacen tomar decisiones inimaginables.
En 2004, Pierce Brosnan se encontraba filmando Matador en la Plaza de Toros México y se dio una trifulca en las calles aledañas entre los seguidores del Cruz Azul y los Pumas de la UNAM.
Nava recuerda que subió al elenco a bordo de camionetas con vidrios polarizados, mientras que el equipo de seguridad que él comandó iba a pie, corriendo, con la única tarea de custodiar los vehículos.
“Si alguno de nosotros caía, pues... quién sabe qué hubiera pasado”. Y es que, reitera Norberto, lo importante es entregar al “Principal” sano y salvo.
Después de todo, se juegan millones de pesos en la filmación de una película o en un concierto donde aparecerá el “Principal”.
“Imagínate que una película de al menos cinco millones de dólares se pierda por eso; de ahí que los productores nos contraten”, finaliza.
