EL SIGLO DE TORREÓN
CD. Lerdo.- La plaza de toros de Lerdo fue el escenario para la alternativa de Aarón Rodríguez, la cual fue otorgada por Federico Pizarro y atestiguada por el español David Gil, que a la postre fue el triunfador del festejo.
Los toros
Los ejemplares de Monteverde bien presentados y complicados para la lidia.
Aarón Rodríguez (tabaco y oro)
El primero de la tarde fue cedido por Pizarro para la ceremonia de alternativa al capitalino Aarón Rodríguez, que recibió a ?Bienvenido?, número 192, con verónicas que remató con media, ejecutó un quite de chicuelinas antiguas para escuchar los primeros aplausos de la tarde.
Recibió los trastos de matador de toros y luego inició su faena con muletazos por alto para llevar al toro a los medios, donde ligó tandas de derechazos y naturales de buena factura que le fueron coreados por el público, y se fue tras la espada, y luego de dos pinchazos dejó una estocada entera para acabar con la vida de su enemigo, lo que le valió la vuelta al ruedo.
Con el que cerró plaza estuvo tesonero ante un toro de mucho peligro y con malas ideas que puso a prueba al flamante matador de toros, quien pasó con gran notabilidad este examen.
Federico Pizarro (azul y oro)
Saltó a la arena el toro ?Galán?, herrado con el número 85, con muchos kilos de peso, el cual muy pronto perdió fuerza, sin embargo, el torero actor estuvo voluntarioso, trató de agradar al público ante un enemigo poco propicio para el lucimiento, dejó una estocada desprendida que fue suficiente. Logró salida al tercio.
Al cuarto de la tarde, de nombre ?Novelero?, marcado con el número 178, lo recibió con farol de rodillas y ejecutó templadas verónicas que remató con revolera, su labor muleteril fue de dominio, ya que el toro mostró poca calidad en sus embestidas y se colaba de fea manera, al tercer intento logró dejar media estocada que fulminó al enemigo.
David Gil (rosa y oro)
En tercer lugar salió ?Fenómeno?, ejemplar marcado con el número 70, el cual fue saludado por el español con una larga de rodillas, para luego darse a torear a la verónica y mostrar sus buenas maneras de interpretar el toreo, remata con una media de rodillas en los medios de la plaza, muleta en mano inicia su labor con un cambiado de rodillas por la espalda y cinco muletazos por alto de rodillas que de inmediato conectaron con los aficionados.
Ya en los medios, torea por ambos lados con muletazos largos y templados, se pasa los pitones a milímetros de los muslos y muestra un valor a toda prueba, y el desplante torero mordiendo el cuerno del enemigo entre la algarabía popular y gritos de ?¡torero, torero!?.
Se tira a matar en todo lo alto pero pincha en dos ocasiones; sin soltar, al tercer viaje deja el acero hasta la empuñadura para que la gente exigiera se le otorgara una oreja, con la cual dio la vuelta al ruedo.
Con el quinto de la tarde, que llevó por nombre ?Arturo III?, herrado a fuego con el número 181, se repitió la historia de valor y temperamento torero que emocionó al público, el cual se le entregó al torero mientras toreaba de hinojos por manoletinas.
Volvió a pinchar y perdió los trofeos, aunque ganó el reconocimiento del público para dar una merecida vuelta al ruedo.