Un poco más de él necesitan los niños.
Y también las personas mayores.
Y cada vez se les escatima más.
Y lo decimos viendo de cerca los mensajes que nos mandan los pequeños.
El niño pide que se le enseñen más cosas de este mundo en el que está entrando.
En el kinder, por primera vez escuchó hablar del universo, del Sol, de los planetas y de las estrellas.
Pero quiere conocer más.
Todo le fascina, le llena de dudas.
Y quiere que en casa le amplían la información.
Pero nadie ahí se da tiempo para atenderlo.
Después deseará conocer más cosas, pero ¿quién podrá darle atención, regalarle tiempo?
El señor, de edad avanzada no es atendido en la misma fila donde espera su turno.
Hace frío y esto le hace mal a su salud.
Desde el año pasado pidió que tanto él, como sus compañeros de edad que esperaban cumplir los requisitos para su revalidación de derechos de jubilación, tuvieran mejor atención, pero no hay quién se ocupe de eso, que les dediquen tiempo y atención.
Y ella, la señora de edad, solitaria sigue esperando que la visiten sus seres queridos, pero éstos le mandan recados que no tienen tiempo para atenderla, así que solitaria sigue esperando.
Los niños, las personas mayores requieren de un poco más de atención. Ojalá tratáramos de dárselas antes de que sea tarde.